La semana pasada se publicó el relevamiento que realiza la Defensoría de la Tercera Edad, encabezada por el gerontólogo Eugenio Semino, donde la canasta básica para un jubilado en Argentina asciende a $1.200.523 mientras que el haber mínimo, con el bono adicional, no llega a los $350 mil.
“Lo que gana un jubilado representa apenas el 30% de lo que necesita para vivir”, graficó Semino, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN.
A lo largo de la charla, el defensor de la Tercera Edad también se mostró muy molesto porque el operativo policial del miércoles en la marcha de jubilados, que entre otros motivos se realiza para visibilizar esta problemática, eclipsó el reclamo ya que tuvo como resultado decenas de heridos, entre ellos a los mismos jubilados, niños y trabajadores de la prensa, producto de la feroz represión policial.
Según él, los barras no fueron a unirse a la causa de los jubilados para defenderlos, sino para sacar provecho. En ese sentido el defensor fue muy enfático en diferenciar a los manifestantes legítimos de los grupos violentos.
“Nunca la realidad se mira con un solo ojo. Los barrabravas no fueron a defender a los jubilados, fueron a hacer lo que hacen siempre: actuar de mercenarios”, denunció.
Además, comparó la situación con décadas anteriores: “En los años 90, los mismos clubes usaban barrabravas, pero en esos años lo hacían para romper las marchas de jubilados. Lo que pasó ahora no es más de lo mismo y terminó favoreciendo al Gobierno, porque se habló de la represión y no de que 5 millones de jubilados se están muriendo de hambre”, cuestionó.
E insistió: “Los jubilados están en crisis humanitaria y nadie está hablando de eso. Los barrabravas son los que ocupan los titulares cuando debería ser las cifras que tendrá la canasta de un retirado en abril”.
A la par criticó que el bono adicional otorgado en los últimos años se encuentra congelado.
“El bono cumple tres años, pero el último está congelado en $70 mil desde el año pasado. Además desde 2023 los jubilados han perdido prácticamente 40 puntos respecto a la inflación”, enumeró.
Estructural
Para Eugenio Semino lo que ocurre no es coyuntural sino estructural, por responsabilidad de los sucesivos gobiernos en el deterioro del sistema previsional.
“Hace más de 35 años que participo en las marchas de jubilados y la situación solo empeoró. Todos los gobiernos ajustaron sobre los fondos de la Seguridad Social”, tras señalar que el financiamiento del sistema previsional es insostenible.
“En Argentina hay 18 millones de trabajadores, de los cuales solo 10 u 11 millones están registrados, mientras que 7 u 8 millones trabajan en negro y no aportan al sistema. Es explotación pura”.
Cuestionó también la distribución del presupuesto: “Cuando se amplía el presupuesto para la SIDE o para comprar armamento, nadie pregunta de dónde sale el dinero. Pero cuando se trata de la moratoria previsional, dicen que no hay fondos”.
En esa línea, criticó que los fondos de la Seguridad Social siempre han sido utilizados para otros fines. “La plata de los jubilados debiera repartirse entre los jubilados. Pero los gobiernos la han usado para cualquier otra cosa”.
“Hoy no pueden comprar medicamentos, no pueden comer lo que necesitan y no tienen dónde vivir. Y esto lo vemos todos los días: atendemos entre 200 y 400 casos diarios de personas que no pueden resolver sus necesidades básicas”, denunció.
Por último, el especialista cerró su diagnóstico con una fuerte crítica a la clase política, por los eventos en el Congreso el día de la marcha.
“Los legisladores se tiran agua, se agarran a piñas, pero no solucionan nada. Mientras ellos hacen circo, los jubilados se mueren de hambre. La verdad es que a ninguno de ellos, sea del partido político que sea les interesa resolver el problema de fondo. Con ello la crisis humanitaria de los jubilados seguirá agravándose”, advirtió el defensor.