Un 19 de marzo, pero de 2006, la sociedad posadeña amanecía conmovida por la muerte de un joven a la salida de un boliche de la avenida Corrientes.
Iván Andrés Mercol (22), estudiante de Ciencias Económicas en la Universidad Nacional de Misiones (UNaM), falleció luego de una pelea con otros dos jóvenes que recién ocho años y medio después recibirían castigo judicial.
Mercol murió horas después de ser agredido por los imputados en el interior del local bailable. Según terminó determinando la justicia, Carlos Sebastián Ruiz (30) le aplicó dos golpes de puño y Diego Ariel Cantallops Simonetto (29), en aparente defensa de su amigo, terminó el pleito golpeando con un elemento contundente en la cabeza a la víctima.
Producto de ello, Mercol terminó con rotura del bulbo raquídeo y otras lesiones, pero fue esa rotura cervical la que le provocó la muerte cerebral en pocos minutos.
El 17 de octubre de 2014, después de múltiples dilaciones y giros procesales, el juez Correccional y de Menores 2 de Posadas, César Raúl Jiménez, sentenció a ambos a cuatro años de prisión efectiva por “homicidio en agresión o riña”.

Sin embargo, no llegarían a pasar ni un solo día de ese tiempo en la cárcel: les redujeron la condena hasta hacerla excarcelable y ambos pudieron seguir con sus vidas, a diferencia de su víctima.
Aquella fatídica madrugada del 19 de marzo
Según el relato que consta en el expediente, el episodio tuvo lugar alrededor de las 6 de la mañana del domingo 19 de marzo de 2006 en Power, un local nocturno de la avenida Corrientes al 2.300, en momentos en que el boliche cerraba sus puertas.
Al parecer, en el pasillo de salida Mercol se cruzó con Ruiz, con quien inició una discusión que estaría vinculada a una exnovia. Fue en ese momento que Ruiz -siempre al decir del relato fiscal- lanzó tres golpes de puño a la víctima, dos de los cuales acertaron en la cabeza del joven estudiante.
En ese momento también se sumó a la agresión Cantallops, quien vio que forcejeaban y resolvió intervenir “para defender” a su amigo, como declaró en su momento ante la Justicia. Fue entonces que le partió una copa de vidrio en la cabeza y luego lo golpeó también con sus puños.
Mercol sufrió graves heridas y fue trasladado a distintos centros asistenciales. Falleció en la tarde de aquel domingo en un sanatorio de la avenida Mitre, ante la incredulidad de familiares y amigos.
Los forenses del Poder Judicial que llevaron adelante la autopsia determinaron que el deceso fue por “muerte violenta por trauma cráneo-cervical con injuria de la arteria basivertebral y daño neurológico grave e irreversible consecuente”.
El caso generó enorme conmoción en el ámbito juvenil y no tardó en repercutir en la política local, donde Ejecutivo y Concejo Deliberante se pusieron de acuerdo rápidamente para aplicar más restricciones (la mayoría de las cuales nunca se cumplieron) y tratar de aportar más seguridad a la “movida” nocturna en Posadas.