Aunque no se considera escritor, Roberto Lagier presentará este miércoles por la noche su segunda novela, Irene. Una historia repleta de nostalgia relatada por un hombre cubano, Lázaro, el que siguió amando hasta la muerte.
En diálogo con PRIMERA EDICIÓN, Lagier cuenta que el hombre, en su más profunda oscuridad amó a una mujer hasta el día que dejó de respirar.
Irene, “lo escribí hace como cuatro años, lo leí hace poco y me di cuenta que en esta historia no hay un personaje que no explote de amor”.
“La mayoría de los personajes de La Habana vieja van de la mano del amor. Ahí es todo comprensión, paciencia, empatía y solidaridad”, reflexiona el autor.
Al releer la historia le “encantó” y decidió publicarla, no sin antes consultar con “alguien más” como por ejemplo, su esposa y amigas. “Mi esposa Patricia y sus amigas lo leyeron” y seguramente sintieron la fuerza del amor, pues le confesaron todas que “lloraron”.
Como si se tratara de una utopía, él cree en el amor para toda la vida, pero “hay que coincidir en eso, para mí mi esposa es el amor de mi vida, me gustan las cosas juntos, mirar una película tomados de la mano”. Pero él dice que, “vivimos toda la vida haciendo preguntas, y muchas de ellas no tienen respuesta. Hoy en el comienzo de mi vejez creo entender que ya no importa, porque la única respuesta es el amor”.
Cuando habla de ese amor eterno remarca que sigue siempre “cuando los dos lo creen en él y así dura toda la vida. Soy un convencido que el que quiere querer, quiere. Pero hay como un miedo de interactuar con sus esposas, acá se ven grupos de hombres y grupos de mujeres, hay una construcción de la amistad y no de las parejas, de los dos juntos. Eso es algo que en Europa es muy común, son compañeros, creo que ahí entendieron mucho antes que el camino del divorcio es el camino fácil”.
En el libro habla de los tres caminos del hombre, “lo que debe hacer, lo quiere hacer y lo que puede hacer. El camino del deber es el más difícil, el más complejo y no quieren”. Quizás después de leer Irene se despierten más corazones, quizás.
Del autor
Roberto Lagier tiene cinco hijos, también ya es abuelo, pero en su aspecto todavía despojado de etiquetas muestra ese lado de quien desea seguir disfrutando de la vida, de la gente, los buenos momentos.
Es de cuna de escritores, sin ir más lejos, su madre es la reconocida escritora Estela “Pelusa” Gentiluomo de Lagier.
A pesar de eso y de haber escrito también “No me olvides”, un amor prohibido en plena dictadura militar, desarrollada en Posadas en 1976. Y “Posadas, su historia”, otro libro que escribió junto a Julio Sauer en época de pandemia, con historias y fotografías de Posadas.
Confiesa que escribe desde sus sentimientos y precisamente esta novela le gusta porque contiene “momentos maravillosos de mi vida, etapas inolvidables” de una ciudad como Posadas, tan rica y que ama apasionadamente.