ABIYÁN, Costa de Marfil (AFP-NA). Al menos sesenta personas murieron y varias decenas resultaron heridas en una avalancha humana durante la celebración de Año Nuevo en Abiyán, la capital económica del país, indicaron los bomberos.Según un balance provisional, al menos sesenta personas murieron y hubo más de 200 heridos en una avalancha humana en el centro de la ciudad, cuando una muchedumbre estaba contemplando los fuegos artificiales de Año Nuevo, dijo el jefe de los bomberos de Abiyán, el teniente coronel Isa Sako, a la televisión pública.Un bombero en el lugar indicó a la AFP que el balance es de 61 muertos y 48 heridos.Los heridos fueron evacuados hacia los centros hospitalarios de la capital económica del país, añadió. Entre unos cuarenta heridos evacuados hacia uno de los hospitales había numerosos niños, comprobó una periodista de la AFP.La multitud que fue a ver los fuegos artificiales delante del gran estadio de Abiyán creó una “gran avalancha”, explicó el teniente coronel Sako. “Hubo personas que fueron pisoteadas y se asfixiaron”, dijo.Las imágenes difundidas por la cadena de televisión local RTI mostraron cadáveres en el suelo y mujeres rescatadas por los servicios de socorro.Entre la consternación y la confusión los cuerpos de seguridad investigan qué pasó exactamente y, sobre todo, el porqué se inició la avalancha.El ambiente era de música, cantos y joya en las calles de Abiyán. Los pollos, las cabras y la comida circulaban junto a los niños tirando petardos, en un ajetreo alegre. Una atmósfera muy distinta de la de hace dos años, cuando la guerra y el miedo acallaban los ánimos de los abidjaneses, tan amigos de la fiesta. El año 2011 empezó con la ciudad divida por tanques y milicianos y aliñada por los cantos políticos de “vamos a desalojar a (Laurent) Gbagbo” -el ex presidente-, que entonaban los seguidores del actual presidente, Alassane Ouattara. Las detonaciones de este año eran sólo las de los petardos. Pero el balance del día 1 ha sido, en cambio, paradójicamente, mucho más mortífero. Ayer por la mañana todavía podían verse pilas de zapatos y de ropa abandonada en el lugar, custodiadas por policías marfileños y miembros de la Operación de las Naciones Unidas.
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