CIUDAD DEL VATICANO (AFP-NA). El papa Benedicto XVI anunció ayer, en su último Ángelus, que se dedicará “a la oración y a la meditación” tras su histórica renuncia, aunque precisó con voz entrecortada que eso no significa que abandonará a la Iglesia.“Dios me pidió dedicarme a la oración y a la meditación”, dijo ante decenas de miles de fieles congregados en la plaza de San Pedro para su último rezo dominical como pontífice.“En este momento de mi vida siento que la palabra de Dios está dirigida a mí. El Señor me llama a ‘subir a la montaña’, a dedicarme aún más a la oración y a la meditación”, proclamó emocionado ante unas 100 mil personas que lo interrumpieron en varias ocasiones con aplausos y gritos de “gracias, gracias”.“Pero eso no significa que abandonaré a la Iglesia”, recalcó.“Si Dios me pide esto es precisamente para que pueda seguir sirviendo a la Iglesia con la misma dedicación y amor con el que lo he hecho hasta ahora, pero de una manera más adecuada a mi edad y a mis fuerzas”, explicó el Papa alemán, que el próximo abril cumplirá 86 años.El Papa, que abandonará el pontificado el 28 de febrero, un gesto inédito en la historia reciente de la Iglesia, recibió el cariño de la muchedumbre congregada en la explanada, expresado en pancartas y banderas, como una que rezaba en italiano: “Querido Papa, nos vas a hacer falta”.El Ángelus fue pronunciado desde la ventana de su estudio privado en el palacio apostólico.La presencia de latinoamericanos, con banderas de sus países, entre ellas Chile y México, resaltaba en la enorme explanada.DespedidaSegún fuentes religiosas, perderá la sotana blanca aunque conservará el título de “Su Santidad Benedicto XVI”, su anillo será destruido y dejará de ser infalible, el don que la Iglesia reserva sólo a los papas en el campo de los dogmas.Pero su despedida está siendo accidentada. La prensa italiana ha sacado a relucir escándalos y comportamientos poco éticos en la Curia Romana que han sacudido a sus casi ocho años de papado.
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