POSADAS (Por Silvina Lorena Azcurrain). Euforia, vigilia, ansiedad, fanatismo, emoción y sobre todo admiración; ese fue el resultado del sentimiento de miles de fans que siguieron a Ricardo Arjona en el recital que el reconocido músico brindó el sábado por la noche en el estadio de Crucero del Norte. Desde el mismo día que se comenzaron a vender las entradas, ya se perfilaba que su primera visita a Misiones marcaría un antes y después en el corazón de cada una de las personas que asistió esa noche. Poco después de las 23 las luces de ambas pantallas gigantes, más un telón que se comenzaba a mover, daban inicio al show, que durante dos horas mantuvo a un estadio de pie agitando y cantando los temas clásicos del guatemalteco. La escenografía que contada con doble piso, marcado por luces y su eje giratorio, dejó entrever con un despliegue de músicos -banda que se lució y brindó un show impecable-dando lugar al juego entre una mucama que miraba el noticiero y los músicos que hacían la prueba de sonido de sus instrumentos. De ese juego actoral se desprendió el despliegue de Metamorfosis World Tour 2013, donde desde una pantalla una periodista aseguraba: “Demuestre que usted es feliz, eso le arruinará la vida a quien no lo quiere ver feliz, y usted será más feliz”. La misma consigna se usó para cerrar la dos horas de show.Entre tanto juego comenzaron a sonar los primeros acordes de “Vida”, el primer tema que presentó por primera vez a Ricardo Arjona en suelo misionero. El estallido de gritos y aplausos ensordecedores comenzaron a mermar mientras la canción invitaba a cantar el estribillo: “Vi tantas lunas que hoy ya no sé si soy o fui tantas vacunas para lograr sobrevivir…”. Mirar al público implicaba recoger rostros sonrientes, felices y alegres. Mirar al público implicaba, indudablemente, sentir ese fervor, porque la energía que se transmitía iba mucho más allá de cualquier explicación. Es que sobre el escenario, además de su ídolo, estaba aquel hombre que le canta sin tapujos ni prejuicios a las situaciones más inexplicables de la vida y del amor.Con ese paso de melodías que se insertaban aún más en la gente, se impulsó ese gran dilema existencial: “Lo que está bien está mal”. Desde el público se elevaron carteles con frases de las más osadas hasta las más emotivas: “Vinimos de la séptima maravilla para buscarte” y detrás un grupo de chicas que llegó de Puerto Iguazú. Poco antes del show, las mismas chicas contaban que lo siguen en casi todas sus presentación por el país, pero “sentir que está cantando en nuestra provincia nos llena el corazón de felicidad”.Declaraciones y confesiones explican la pasión que enciende Arjona en sus seguidoras, pero no sólo de mujeres se debe hablar ya que un importante público masculino estuvo al pie, algunos conteniendo a sus parejas y otros tan eufóricos que cantaban, alentando al músico en cada canción. El privilegio de los optimistasInés Jeleñ, de Wanda; Karen Obregón de Ayolas (Paraguay); Jesica Queupumil, de Virasoro (Corrientes) y María Sofía Laprovitta, de Posadas, fueron las “suertudas” que luego de participar en un concurso vía on line obtuvieron su pase libre al escenario. Felices esperaron durante más de horas el inicio del recital, es que sabían que formarían parte de un histórico momento, las cuatro estuvieron entre la escenografía de un bar cuando Arjona interpretó ese clásico tema: “El taxista”. Pero antes de ese gran momento las chicas trataron de distenderse, por momentos bailaban o retocaban su maquillaje, “era el momento. No lo esperé ni me imaginé nunca” repetía una y otra vez Karen. Mientras que Inés simplemente agradecía la generosidad de su esposo, por haberse quedado con sus hijos.Historias de ese tipo se multiplicaron a lo largo del estadio, era el momento de vivir una noche única y distinta. Es que para varios de sus seguidores era la primera vez que asistían al espectáculo, entonces la sorpresa estaba en cada movimiento de telón y puesta de luces.Comunicativo y cordialEn un primer momento Ricardo Arjona se limitó a cantar, con el paso de los “Minutos”, como dice la letra de una de sus canciones, comenzó a contagiarse de la energía misionera y avasallado de tanto cariño soltó un artista mucho más comunicativo. Interactuando con el público dijo “por qué nunca he venido a Misiones. De quién es la culpa. Esta noche es necesario que yo sea el culpable a tanta ausencia y no hay nada mejor para eso que cantemos todas aquellas canciones que jamás hemos cantado juntos. Vamos a dejar que el timón de éste barco, hoy, lo manejen ustedes. Pueden manifestarse y vamos a cantar lo que ustedes quieran. Esta noche para que a ustedes les quede claro, yo en lo personal estoy para lo que ustedes quieran…”. Con este punta pie inicial se corearon gritos de “mi amor”, con el impulso de esas ganas de saltar la balla y abrazar fuerte a su ídolo. “Están listas para empezar… hermanos bienvenidos, buenas noches y gracias por estar aquí”, fue como uno de esos deseos mejor expresador por Arjona. Así fue como el público directamente dejó expresar sus sentimientos y con las emociones a flor de piel se reflejaron rostros de sollozos.“Acompáñame a estar solo” fue el tema que desbordó, pero a su vez invitó a recorrer aquellos éxitos pasados con los que muchos crecieron y marcaron tramos de su vida. “Señora de las cuatro décadas” con seguridad fue el tema más esperado de la noche, los que tuvieron la suerte de presenciar recitales anteriores, sabían que al interpretar esa canción se invita a una mujer del público a subir al escenario. Todas estaban atentas y con sus carteles en mano, saludaban y tiraban besos, mientras las cámaras iban captando miradas y rostros de alegría. “Un poquito más al fondo” pidió Arjona, es que desde su monitor leía las frases que estaban impresas en banderas, carteles y afiches. Estaba buscando aquella mujer que representara lo que la letra expresa. Entonces su mirada señaló a Mabela, una señora que estaba acompañada de sus hijas. El rostro se le iluminó y la alegría era inmensa, todas querían estar allí. Sentada junto a él y luego de largos abrazos cantó, jugó y hasta coqueteó con esa señora que llevaba con ella un cartel luminoso. Pero a lo
largo del recital no sólo piropos recibió, sino que también arrojaron una campera, gorritos y hasta un pañuelo que Arjona lo lució al cuello a lo largo de dos canciones. Se lo vio entregado a su gente y ese sentimiento se hizo recíproco, un ida y vuelta de atenciones colocaron al show en lo más alto de la noche.Un destacado se mereció la interpretación de la canción “Mi novia se esta poniendo vieja”, donde con imágenes en fotografías antiguas de su madre, recordó a esa mujer que le dio la vida. Pero detrás eran miles las historias que se mostraban en una coincidencia casi perfecta, muchas de las mujeres que estaban en el público y aquellas madres de varones, sentían que cada melodía acariciaba el alma, era imposible no dejar rodar una que otra lágrima. Es que su inconfundible voz y ese final que dicta: “No hay curva que me aleje de mi novia si nunca hubo en sus labios un quizás y aunque la analogía ya es tan obvia, sabrás que te hablo sólo a ti, mamá”; sólo se transportaron en el corazón de más de 12 mil almas.Muchos bises“Fuiste tú”, el hit que suena actualmente, fue nuevamente esa inyección de adrenalina que levantó al público. Casi sin respirar “Te conozco” y “Si el Norte fuera el Sur”, comenzaron a delinear un final. El público atornillado en sus lugares no cedería a un simple “adiós”. Con una interpretación bien sonora de “El problema”, esa despedida era inminente, pero sobre todo con la satisfacción de volver a casa con el alma llena de canciones. Ante un coro que pedía “una más y no jodemos más”, regresó para regalar ese emblemático “Mujeres” y arrancando sentimientos se despidió con un asta pronto. La salida del estadio fue multitudinaria, en una procesión de personas que iban caminando en busca de móviles se pudo deducir que la convocatoria fue mucho más de la esperada. Largas colas de autos, tanto por la ruta 105 como por la nacional 12, plasmaron el resultado de un gran recital.
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