BUENOS AIRES (Agencias y diarios digitales). El Frente para la Victoria logró ayer la aprobación en Diputados de la reforma del Consejo de la Magistratura en una sesión que terminó en escándalo, entre denuncias de la oposición por “fraude”, discusiones y forcejeos entre los legisladores.La discusión se había mantenido tensa durante toda la jornada del miércoles, aunque con el correr de la madrugada de ayer, al acercarse el momento de la votación, el clima entre el oficialismo y la oposición se puso más rígido y explotó a las 5.35, poco después de la definición en general, en la que el FpV obtuvo 130 respaldos contra 123 rechazos.El titular del bloque kirchnerista, Agustín Rossi, en momentos en que había dudas sobre la aprobación con mayoría absoluta (129 diputados) del artículo 18 -referido a la cuestión electoral de los consejeros- pidió que se realizara una sola votación “en particular”, para evitar el sufragio artículo por artículo.Al aceptarse la moción del oficialismo, la oposición estalló en gritos, abucheos e insultos, que se extendieron por varios minutos.El titular de la bancada radical, Ricardo Gil Lavedra, vociferó: “No tienen el número para votar. Los desafío a votar artículo por artículo”.Finalmente, el titular de la Cámara baja, Julián Domínguez, logró recuperar el control del recinto y avaló que la votación en particular se hiciera de una sola vez para los 33 artículos de la reforma del Consejo de la Magistratura.“Usted (por Domínguez) está violando el artículo 248 del Código Penal sobre incumplimiento de deberes de funcionario público. A las 8 (eran las 5.50) vamos a ir a la Justicia a presentar una denuncia”, enfatizó la diputada Elisa Carrió.A continuación, Rossi, visiblemente alterado, bramó: “Voy a decir lo que siento. Esto es una reacción canallesca, para poner en dudas, un manto de sospechas. Pese a haber ganado la votación en general, le pido señor Presidente que ahora, inmediatamente, sin discusión, ponga a votar artículo por artículo. ¡Son unos caraduras!”.Tras la marcha atrás del santafesino con el pedido inicial, Domínguez pasó a la definición en particular, en la que los 33 artículos debían ser aprobados con 129 votos cada uno.El primer artículo resultó 130 afirmativos a 120 negativos e inmediatamente se pasó a la votación del segundo.El tablero electrónico marcó 128 respaldos -uno menos de lo necesario-, 101 rechazos y 21 abstenciones.Si bien los diputados Alicia Comelli y Juan Carlos Forconi aclararon su voto por la positiva, dando un número de 130, la oposición denunció “fraude” entre gritos y se desató una nueva y recargada batahola, más intensa que la inicial.Con la voz afónica, Rossi reclamó que se procediera a la votación, en medio de un fuerte nerviosismo de todos los legisladores del oficialismo. Domínguez, para aplacar los ánimos, llamó a un cuarto intermedio de cinco minutos y convocó a los jefes de todos los bloques.Tras ese lapso, la oposición decidió marcharse del recinto y el kirchnerismo procedió a la votación uno por uno de los artículos: todos fueron aprobados por 130 afirmativos a 9 negativos. Sin la oposición en el recinto, Rossi pidió que volviera a votarse el artículo 2, que se aprobó con 130 a favor y 9 en contra, minutos antes de las 7.Los legisladores que dieron quórum pero rechazaron la norma fueron Jorge Yoma, Facundo Moyano, Omar Plaini, Blanca Blanco de Peralta, Mabel Müller, Alfredo Olmedo, Mariana Veaute, Jorge Garramuño y Julio Ledesma.A continuación, el oficialismo siguió con la discusión de la regulación de las medidas cautelares y la creación de tres cámaras de Casación, normas que sancionó en un rápido trámite, ya que, salvo la Coalición Cívica, el resto de la oposición se había retirado. La norma de medidas cautelares fue sancionada con 126 votos a favor y 10 negativos, en tanto que la creación de la cámaras obtuvo 126 a 8, minutos antes de las 9, cumpliendo las 21 horas de sesión.Ahora, el proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura, que establece la elección popular y la suba de los miembros de 13 a 19, volverá al Senado para ser ratificada antes de convertirse en ley.Casi termina a las piñasEn medio de un debate con voltaje, el titular del bloque del Frente para la Victoria, Agustín Rossi, fue el protagonista de una discusión con diputados de distintas bancadas de la oposición, que casi termina a los golpes en pleno recinto.El legislador santafesino debió ser contenido por sus pares en dos oportunidades para evitar el enfrentamiento directo con sus adversarios.Luego de la votación en general del proyecto de reforma del Consejo de la Magistratura, al solicitar una votación única para los 33 artículos de la norma, Rossi recibió una catarata de insultos de todo calibre, principalmente del bloque radical y particularmente de los diputados Miguel Bazze y Ulises Forte.Su reacción fue levantarse, tomar una copa de vidrio que tenía sobre su banca y atinar a arrojarla, aunque fue atajado a tiempo por la vicepresidenta de su bloque, Juliana Di Tullio, y la secretaria parlamentaria, Teresa García. La copa terminó hecha pedazos a centímetros de la banca de Rossi y fue García quien recogió los restos del piso.El segundo arranque de ira de Rossi se produjo cuando el tablero marcó 128 votos a favor del artículo 2 de la norma (se necesitaban 129) y la oposición denunció “fraude” a los gritos. “¡Fraude! ¡Fraude! ¡Fraude!”, se escuchaba en el recinto cuando desde la zona donde se ubican los radicales voló hacia la banca del santafesino una botella de plástico con agua, lo que generó una instantánea reacción del oficialista de volver a pararse y correr hacia el sector donde estaba el grupo de opositores. En el camino fue frenado primero por uno de sus asesores y luego dos veces por el diputado de La Cámpora Eduardo “Wado” De Pedro, a quien después se sumaron Edgardo Depetri y Sandra Mendoza.Rossi se disgustó con el presidente de la Cámara, Julián Domínguez, cuando éste convocó a un cuarto intermedio para calmar los ánimos generales, ya que la intención del titular de la bancada oficial era continuar hasta el final.Durante las 33 votaciones, los legisladores oficialistas buscaron evitar que se produjeran nuevas equivocaciones en el tablero
por no presionar a tiempo los botones.Por esa razón, tanto Rossi como García, Di Tullio y Carlos Kunkel pedían a los gritos que toda su tropa apretara el pulsador antes de los quince segundos de lapso que brinda el sistema. “¡Prestá atención!”, le reclamó el santafesino con un grito a su par Oscar Albrieu, que se había distraído antes de presionar el botón.La realización de una única votación en particular y en general había sido esparcida entre la oposición por el propio titular de la Cámara baja, quien dialogó en las inmediaciones del recinto con algunos jefes de bancadas, una hora antes del momento de la votación.Esa versión fue analizada por los opositores, que decidieron, antes de sentarse a votar, solicitar cuestiones de privilegio contra Domínguez por permitir ese sistema de votación, que finalmente no se concretó.La diputada del Frente Peronista Graciela Camaño fue de las más encendidas en el rechazo de la votación unificada de los 33 artículos y hasta se acercó al estrado de Domínguez y le tironeó los cables del micrófono. La legisladora también intentó tomar por asalto una campanilla que suele tener la Presidencia en su mesa.
Discussion about this post