Filipinas está destruyendo millones de dólares en marfil de contrabando proveniente de África con el objetivo de desalentar el comercio ilegal. La medida también elimina la posibilidad de que los funcionarios corruptos puedan volver a vender los colmillos de elefante confiscados, puesto que últimos años desaparecieron varias toneladas decomisadas de los almacenes del Gobierno de Filipinas.Paralelamente se ha registrado un incremento en el comercio ilegal de colmillos en los últimos años -en gran parte en las Filipinas- que amenaza a la población de elefantes que queda en el mundo.
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