POSADAS. El Patrono del Pan y el Trabajo, San Cayetano, recibió la visita de cientos de personas que se acercaron ayer para venerarlo en su día, en un peregrinar incesante que se fue acentuando a partir de la siesta y creció notablemente desde la misa central concelebrada a la media tarde.Emoción, lágrimas, gestos adustos, manos entrelazadas, ojos cerrados, rodilla en tierra y la oración que se elevaba para agradecer los favores recibidos o bien para implorar por trabajo y -por sobre todas las cosas- para que nunca falte el pan en la mesa de cada persona era la postal que se repetía una y otra vez.A las 6 la iglesia del barrio Yacyretá comenzó con las misas previstas en el programa, con una temperatura agradable y un clima que se sumó a la fiesta en honor al santo. En los alrededores del templo no faltaron los vendedores de estampitas, “espigas”, “pancitos”, rosarios, llaveros y velas con la imagen de San Cayetano.Personas mayores, familias enteras y muchos jóvenes se acercaron a expresar su devoción al santo. Durante la misa de los enfermos, el párroco destacó que “no sólo debemos acordarnos de San Cayetano sino también de Jesús, de Dios. Sería triste si solamente vinieran a verlo a él en esta fecha, deben visitarlo con más frecuencia y no simplemente desfilar, debe haber una relación estrecha, de compromiso”.Los testimonios de las personas reflejaban el respeto, admiración y confianza que depositan en “San Cayé”, como el caso de la familia Rodríguez, que con cinco de sus integrantes dijo presente para “agradecer, como lo hacemos desde hace medio siglo, porque nos protege, nos guía, nos da salud, trabajo y nunca en casa faltó el pan. Eso no tiene precio. Ya tenemos nietos y todos sanos, van a la escuela. Y cuando tuvimos algún momento difícil, siempre nuestras oraciones fueron escuchadas. Hoy, en su día, venimos a decirle gracias y que siga alumbrando nuestro camino”.Voces juveniles también aportaron su expresión: “Por tradición en nuestra familia siempre nos inculcaron el respeto y amor por San Cayetano. Siempre que le pedí ayuda respondió. Cuando en casa mi padre quedó sin trabajo oramos y visitamos la iglesia con frecuencia y conseguimos superar esos momentos difíciles. Les diría a los jóvenes como yo que crean en Jesús, en Dios, en San Cayetano, que tengan mucha fe”, señaló Diana, quien estaba junto a un grupo de amigas.Según las personas que colaboran con la parroquia de San Cayetano y desde hace muchos años participan de esta celebración, la asistencia de fieles en la víspera fue una de la más convocante de los últimos años. “Hay una necesidad de la gente de acercarse a Dios, a Jesús, de recuperar los valores espirituales y esta fiesta de San Cayetano es una buena medida”, indicó Roberto González, devoto del santo.
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