POSADAS. “Es muy difícil normalizar nuestras vidas, revivir todo esto una y otra vez. Enterarnos de una y otra cosa. Sólo queremos saber quién lo hizo y por qué”, dice con la voz cansada de tanto hablar Carlos Antonio Zarza. Son las 3 de la tarde y el esposo de la docente Carmen Mirta Rosa (47) acaba de llegar a casa desde el Juzgado de Instrucción 7, donde ayer estuvo reunido con el letrado José Alberto López, el nuevo magistrado que lleva adelante la investigación desde esta semana.“La reunión fue primeramente informativa. El juez nos informó sobre la causa y las interpretaciones que tuvo con respecto a lo que sucedió en estos últimos días”, le contó Zarza a PRIMERA EDICIÓN, ayer, minutos después de la reunión con el magistrado.El hombre hace referencia a la polémica que se desató en el transcurso de esta semana, cuando los dos efectivos policiales detenidos por la muerte de la docente, hallada sin vida por muerte violenta en el barrio Los Potrillos de Garupá el último 14 de febrero, fueron excarcelados y cumplen prisión domiciliaria hasta el próximo martes, cuando el juez defina su situación.La decisión fue adoptada el último lunes cerca del mediodía, después de que el padre de uno de los policías atravesara la seguridad de la Casa de Gobierno y se trepara a una antena, amenazando con arrojarse al vacío si no liberaban a su hijo luego de que se revocara el procesamiento dictado en su momento por el magistrado Ricardo Balor, del Instrucción 6 posadeño.La mezcla de sensaciones golpeó nuevamente a la familia de la docente una vez conocida esa noticia, que entonces reforzó su reclamo para que se haga Justicia por la mujer. No obstante, luego de la reunión de ayer con el juez López, Zarza reconoció que “quedamos con bastante confianza. Él nos informó acerca de sus interpretaciones, que por ahí no coinciden con las nuestras, y también de las medidas que se están tomando”. Sin embargo, aseguró que continuarán siguiendo la investigación de cerca: “vamos a seguir atentos al respecto”.Sobre el intento de suicidio del padre de uno de los policías sospechados, Zarza intentó tomar distancia de ese tipo de acciones y fue claro: “nosotros no queremos torcer la Justicia mediante presiones, pero tenemos un muerto en la familia y necesitamos saber qué pasó y quién lo hizo”.Al respecto, el hombre también dijo que le apuntó al juez que “a ese hombre habría que detenerlo para salvaguardar su propia vida, porque ya es la segunda vez que intenta quitarse la vida. ¿Y si llega a pasar de vuelta? ¿Qué va a suceder?”.A poco más de seis meses del crimen, Zarza volvió a insistir en el pedido de justicia: “ojalá ahora la causa tome otro rumbo y nos permita reencauzar nuestras vidas”.Carmen Mirta Rosa (47) apareció muerta a golpes alrededor de las 17.30 del jueves 14 de febrero de este año, en un trillo, a un costado de la cancha de fútbol del barrio Los Potrillos de Garupá.La mujer padecía de esquizofrenia y horas antes había salido de su casa sin rumbo. Llegó hasta una casa del barrio Nuevo Garupá, donde los dueños advirtieron entonces a la Policía. Una patrulla de la comisaría seccional Quinta llegó hasta el lugar y “levantó” a la docente retirada. Fue alrededor de las 13.40 y sería la última vez que sería vista con vida. Cerca de un mes después, el juez Balor ordenó la detención de los dos policías que aún siguen siendo investigados.
Discussion about this post