BRASILIA, Brasil (Agencias-Medios Digitales). La presidenta Dilma Rousseff ganó en la primera vuelta de las elecciones generales en Brasil, donde definirá su posible reelección en ballotage con el exgobernador Aécio Neves, del Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB), quien sorpresivamente alcanzó el segundo lugar tras remontar una campaña que, hasta la semana previa a los comicios, lo ubicaba en el tercero, por detrás de la ecologista Marina Silva. Rousseff con el 41,08% y Neves con el 34,20% se medirán en segunda vuelta el 26 de octubre.Lo cierto es que Neves destrozó las previsiones electorales que le otorgaban un empate técnico con la ecologista Marina Silva, exministra de Ambiente del presidente Luiz Inácio Lula da Silva, quien obtuvo apenas un 21,14%, casi 15 puntos por debajo de su rival socialdemócrata. Su candidatura perdió terreno sobre el final de la campaña, luego de que la muerte del candidato original, Eduardo Campos, en agosto la colocara en la primera línea de la fórmula del Partido Socialista Brasileño (PSB). Su nombre se disparó entonces en las encuestas al punto de empatar con Rousseff por el primer puesto.Superada la primera vuelta, el escenario de ballotage repetirá la lógica de grandes partidos que ha monopolizado la política brasileña desde el regreso a la democracia en los años 80. Dilma superó en 2010 a José Serra, candidato del PSDB, por 56 a 44 puntos. Claro que en esa oportunidad la actual presidente sacó sobre el segundo 14 puntos de ventaja. Este domingo, su ventaja sobre Neves ha sido poco más de 5.Con todo, el último sondeo de Ibope, publicado el sábado, vaticinó una segunda vuelta victoriosa para Rousseff, con 8 puntos de ventaja sobre Neves. La consultora Datafolha achica ese margen a menos de 6.Retrasos Los colegios electorales de Brasil comenzaron a cerrar a las 17 de ayer, aunque, por los diversos husos horarios que existen en el extenso territorio brasileño, en los estados del noroeste cerraron dos horas después. Debido a problemas con las urnas electrónicas, en Brasilia y en otros puntos del país también hubo demoras. De acuerdo con un reporte del diario Estado, hubo problemas en Ceará, Piauí, Rio de Janeiro, Brasilia y San Pablo.Estaban llamados a participar 142,8 millones de votantes para las elecciones presidenciales, legislativas y regionales. Además de un nuevo presidente, los brasileños convocados a las urnas eligieron a los gobernadores de los 27 estados del país, dos tercios del Senado y los 513 diputados federales, así como la renovación de las cámaras regionales.Las últimas encuestas ya habían anticipado el triunfo de Rousseff, pero restaba saber quién la enfrentaría en el ballotage: el socialdemócrata Aécio Neves o la ecologista Marina Silva, que tuvieron en los sondeos un respaldo cercano al 24%.Tal como habían anunciado las agendas difundidas por los principales aspirantes a la Presidencia, Rousseff fue la primera en acudir a las urnas. La mandataria votó a primera hora en la ciudad de Porto Alegre, en el sur del país.El socialdemócrata Aécio Neves, a quien las encuestas de opinión convirtieron en favorito para una posible segunda vuelta frente a Rousseff recién a último momento, votó cerca de las 10 en Belo Horizonte, capital del estado de Minas Gerais.La ecologista Marina Silva, tercera en discordia, lo hizo en un colegio de la ciudad de Río Branco, en el estado amazónico de Acre. PerspectivasEn un segundo turno, el 26 de octubre, Rousseff ganaría a Neves por 48% a 42%, según Datafolha, y por 45% contra 37% según Ibope. Pero Silva puede pasar sus votos a Neves y, en ese caso, el desenlace es imprevisible.“Aécio Neves renació de las cenizas y llega con mucha fuerza a este segundo turno. Creo que Rousseff y Neves tienen 50% de posibilidades de ser electos. Será una campaña muy corta y muy intensa”, dijo a la AFP el analista André César, de la consultora Prospectiva en Brasilia.En sus doce años en el poder, el Partido de los Trabajadores (PT, izquierda) de Rousseff y su antecesor Luiz Inácio Lula da Silva logró que 40 millones de pobres ingresaran en la clase media, tornando a la primera mujer presidenta de Brasil en la gran favorita de estos comicios.Pero millones de brasileños también reclaman un cambio tras cuatro años de magro crecimiento -el mercado espera un PIB de apenas 0,3% este año-, elevada inflación (6,5%) y escándalos de corrupción vinculados al PT.CambioAcostada en la famosa playa de Copacabana de Rio de Janeiro, leyendo en la arena, Barbara Souza, de 37 años, cuenta que votó “por un cambio”.“Este Gobierno no me gusta nada. Iba a votar a Marina, pero al final voté por Aécio sólo por las encuestas (que lo dan ganador), para que tenga más chances de vencer a Dilma”, explicó.Más de un millón de brasileños, sobre todo jóvenes de clase media, salieron a las calles en junio de 2013 a reclamar mejores servicios públicos y un freno a la corrupción política.Marina Silva intentó encarnar este cambio prometiendo una “nueva política” cuando se convirtió en presidenciable tras la muerte del candidato oficial del PSB, Eduardo Campos, en un accidente aéreo en agosto.Pero en los últimos días Neves, del poderoso Partido de la Socialdemocracia Brasileña (PSDB) del expresidente Fernando Henrique Cardoso (1995-2002), la había relegado al tercer lugar en estas elecciones que se convirtieron en un “thriller” político.“Marina subió por la muerte de Eduardo Campos, que provocó una conmoción nacional, y ella se presentó como una alternativa. Pero no es una alternativa” sino “una fuerza conservadora” y evangélica, dijo a la AFP Carlos Alberto Alkmim, politólogo y profesor de la Universidad Católica de Rio. “Terremoto” Neves Cuando la muerte del socialista Eduardo Campos, en agosto, catapultó al primer lugar de los sondeos a Marina Silva, muchos declararon a Neves un cadáver político. El cambio de tendencia se inició recién en la última semana de campaña, cuando algunas encuestadoras percibieron en el electorado que el “huracán” Marina Silva perdía fuerza frente a su rival más cercano.Las encuestas publicadas el sábado, un día antes de las elecciones, anticiparon un empate técnico en torno al 22%. Por eso lo de Neves ha sido épico. No sólo superó a Silva por 13 puntos, sino que también quedó a siete de la presidenta-candidata Dilma Rousseff.
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