POSADAS, OBERÁ, SAN VICENTE, SAN ANTONIO, PUERTO IGUAZÚ Y 25 DE MAYO. “Y eso que todavía no llegó el verano”… La frase se repite a lo largo y a lo ancho de toda la provincia, porque no hay localidad que se salve de los prolongados cortes de energía en horas donde habitualmente la mayoría de los misioneros busca un descanso: la siesta y la noche. En Posadas hubo muchos barrios que durante el fin de semana pasaron días sin servicio de energía de Emsa: en el Aeroclub iban por las 39 horas y los vecinos denunciaron que se les quemaron electrodomésticos por los “bajones” de tensión; Itaembé Miní, Las Dolores y barrio Judicial son algunos de los que reportaron sus dramáticos días de calor sin poder prender un ventilador.Mientras, en el interior las historias se repiten, sumándose allí el problema del suministro de agua potable.En el caso de San Vicente, la falta del vital líquido en la ciudad está ligada directamente a los problemas con la energía eléctrica: el arroyo Guiray, donde está entablada la toma de agua para potabilizar, tiene el caudal suficiente para abastecer por ahora a todos los usuarios, sin embargo lo que hace que falte el suministro en esta ciudad es la mala calidad de la energía eléctrica. La semana pasada, con los primeros días de calor que tuvo la temporada, quedó en evidencia cómo va a ser el verano en lo que respecta a energía y agua potable: la electricidad tuvo muchos cortes y eso provocó la interrupción del servicio de agua.Las quejas se hicieron sentir primero por la mala calidad de la energía eléctrica. Hubo cortes programados y por zonas. Las líneas de luz son muy viejas y quedaron obsoletas, lo que provoca que llegue mucho menos de los 220 voltios requeridos para el funcionamiento normal de los electrodomésticos. Mucho calor, falta de energía eléctrica y agua potable fueron el “combo” indeseado para los sanvicentinos. La primera consecuencia fue la falta de vital líquido durante toda la semana. Un obrero de la cooperativa que abastece a toda la ciudad dijo que “es por los cortes de luz en la ciudad. Cuando corta en la ciudad, hay energía en la zona de la toma y la estación de rebombeo, y cuando tenemos luz en la planta corta en el otro sector. Nosotros no podemos trabajar potabilizando el agua todo el día como debe ser”.En cuanto a la cantidad de agua de la que dispone el arroyo Guiray, no es para alertarse por lo menos por este período estival, ya que las predicciones del tiempo dicen que va a haber mucha lluvia durante todo el verano.Inversiones costosasEn cualquier caso, desde la Cooperativa de Agua Potable y Otros Servicios Públicos de San Vicente comenzaron a preocuparse por el futuro bastante cercano. Los usuarios son cada vez más y las cañerías se extienden cada vez a más barrios, incluyendo los más alejados del centro, y eso provoca mayor consumo. Las viviendas del Iprodha que se están construyendo en el kilómetro 1.264 (barrio Sagrada Familia) demandan más de 4.000 metros de cañería troncal, más los ramales que se bifurcan a cada casa. Eso implica mayor cantidad de líquido.También el servicio de agua está sujeto al comportamiento del clima: cuando hay tormentas eléctricas se apagan los equipos para protección, eso provoca cortes de agua y luego tardan entre uno o dos días para recuperar la presión, por lo que las zonas altas sufren la falta por un período más largo.Desde la cooperativa no se llegó a concretar el proyecto de un grupo de energía autónomo. El verano pasado se buscó presupuesto para armar tres equipos generadores de electricidad e instalarlos en la toma de agua, la estación de rebombeo y en la planta. Ese proyecto quedó en carpeta porque demandaba un costo muy alto, aunque podría ser la solución a los continuos cortes de energía eléctrica que perjudican el suministro de agua potable a más de 4.000 socios.Sistema eléctrico colapsadoOtra consecuencia que trajo esta pequeña “ola de calor” fue el fuerte consumo de energía que hay en la Capital de la Madera. Desde Emsa dijeron a los usuarios que llegaron a hacer el reclamo que hay una baja en la tensión por los grandes consumos de energía. Esto se va a solucionar cuando esté terminada la estación de transferencia que se está construyendo al lado del cementerio. Sin embargo, el trabajo recién comenzó y se estima que entre seis meses y un año va a llevar para concluir la obra y otro tanto para poner en funcionamiento la estación.El sistema eléctrico de San Vicente está colapsado porque el tendido de los cables es muy viejo y quedó obsoleto. Una línea que estaba hecha para cinco usuarios hoy supera las treinta conexiones. Karina Rivarola es propietaria de una emisora de radio FM ubicada en pleno centro de la ciudad. Explicó que “hace tres días que no puedo trabajar. La luz se corta a cada rato y la tensión la mayoría del tiempo no pasa los 180 voltios. El jefe de Emsa me dijo que las líneas están colapsadas y que van a cambiar el cableado que va a mi casa”.El verano pasado también había problemas de tensión en esa zona, ubicada a 300 metros del centro de la ciudad. Una casa de juegos que está a una cuadra de esa estación de radio hizo poner un transformador. “Decían que iba a cambiar con ese transformador, pero ahora estamos peor que la otra vez”, dijo ofuscada la mujer.Oberá, sin soluciónLlegaron los primeros días de incremento de la temperatura e inmediatamente se generaron en Oberá problemas con los servicios de agua potable y energía eléctrica.El alto consumo en ambos casos desnuda las falencias en el servicio. Los reclamos de los socios se intensifican y, a pesar de las explicaciones de la Cooperativa Eléctrica Limitada de Oberá (Celo), a cargo de los recursos, el malestar no cesa y los cortes continúan.El viernes de la semana pasada, una de las instituciones educativas de la ciudad, la Escuela 288, debió suspender las clases debido a que, después de tres días con cortes de agua que afectaron a la zona donde está ubicada, no se pudo recargar el tanque de reserva. En consecuencia no se realizaron las tareas de limpieza, los sanitarios no podían ser utilizados, etcétera. “Llamamos a la Celo para que nos provea el agua como está reglamentado, pero nos dijeron que no contaban con el móvil, por lo que debimos suspender el dictado de clases”, confió una docente.El presidente de la Celo, Federico Weyreuter, confirmó que las interrupciones rotativas del suministro de agua continúan ya que los cortes de energía impiden el bombeo y la reserva se resiente. “El problema de en
ergía no es sólo nuestro, afecta a toda la provincia. Tuvimos una reunión de la Fecem en Concepción de la Sierra y coincidimos en la problemática”, explicó.Los socios reclaman porque no sólo se producen cortes de la luz, sino que además hay bajas de tensión que dañan los electrodomésticos. “Quién nos paga eso, estamos cansados de llamar, quejarnos y nadie nos da respuesta”. expresó una socia.La semana pasada la Celo emitió un comunicado expresando que “debido al elevado consumo por la altas temperaturas registradas en los últimos días, la Cooperativa Eléctrica Ltda. de Oberá hace saber que pueden surgir cortes rotativos de energía eléctrica, en la jornada de hoy. Durante la tarde de ayer, ya hubo inconvenientes por sobrecargas, por lo que hoy pueden surgir cortes rotativos para alivianar cargas a diferentes sectores”. Los cortes se produjeron en algunos casos por más de tres horas.La comunidad es consciente de que cuando se dan los cortes de luz le siguen los del agua. “Nosotros tenemos un día de agua y dos no, no desperdiciamos el agua, pero ni así alcanza. Tenemos tanque, somos dos adultos y un niño, estamos cansados de esta situación, no puede ser que tengamos que pasar por esto”, fue la queja de un vecino del barrio Schuster, uno de los que más sufre la falta del líquido vital.El fin de semana la situación fue caótica, ya que la intensidad de vientos hizo que cayeran postes de luz y árboles sobre los cables. “El bombeo estuvo parado y se realizó un corte general”, reconoció Weyreuter. “Los empleados trabajaron todo el fin de semana para solucionar el problema”. En algunos casos el corte fue hasta las 17.30 aproximadamente, por lo que la distribución del agua por la red se normalizó en la mañana del lunes.Las soluciones“Una de las medidas que tomamos es no efectuar una conexión sin el tanque de reserva correspondiente”, aclaró el presidente de la cooperativa. “Además, si todo marcha bien, para el otro mes tendría que concluir la obra del acueducto, que va a ser la solución definitiva”, especuló.En la ciudad funcionan cuatro pozos perforados, mientras que hay un total de 29 barrios que no están incluidos en la red. En esos casos la distribución del líquido se realiza a través de la Municipalidad. “En nuestro barrio hace dos semanas que no viene el camión”, se quejó Silvio, un vecino. “No sabemos qué pasa. Somos más de 30 familias, algunas con bebés y abuelos, ya no sabemos qué hacer. Mi señora se va a lavar la ropa en un arroyo que está a 500 metros y el agua para tomar la buscamos de un pozo más lejos, pero tenemos miedo de que esté contaminada”.
Discussion about this post