POSADAS. La Defensoría de la Niña, el Niño y el Adolescente (DNNyA) frustró la venta de una beba y logró que la pareja que se la llevó ilegalmente a La Pampa, la restituyera a su familia biológica en Garupá. Claro que después se tejió una coartada basada en una explicación tan ridícula como insostenible para que los “apropiadores” y el abogado obereño que intervino en la maniobra pudieran zafar.Esto con la supuesta connivencia de la Justicia penal que, a pesar de que pasaron cuatro meses de la operación, aún no tomó intervención en la causa.La DNNyA radicó la correspondiente denuncia penal en el Juzgado de Instrucción 3 de Posadas, porque la madre biológica de la beba está radicada en Garupá, pero la fiscal insólitamente se inhibió de opinar porque, al parecer, conoce al abogado involucrado.Allí continúa el expediente, paralizado, indicaron las fuentes consultadas.Aunque la madre es oriunda de Garupá, la llevaron a Oberá para dar a luz, en julio pasado. Al parecer, el parto ocurrió en la segunda quincena de ese mes.Si bien el abogado intentó desligarse de la maniobra, ante la inercia judicial, la entrega de la beba habría ocurrido en su mismísimo estudio jurídico, cuatro o cinco días después del nacimiento. La Defensoría tomó intervención en el hecho a través de una denuncia anónima, registrada dos semanas después.El organismo confirmó el nacimiento de la niña a través del Ministerio de Salud Pública y del Registro de las Personas. Había sido anotada con el apellido de la madre biológica. Sin embargo, la mujer negó haber dado a luz, ya consciente del destino de la criatura, pero la mentira no podría sostenerse por mucho tiempo.La demanda ante el Juzgado de Familia de Oberá aceleró la cuestión y arbitró los medios para establecer el paradero de la menor, situación compleja porque ya habría abandonado la provincia.Imprevistamente, la jueza obereña se apartó de la causa por cuestiones de jurisdicción y giró las actuaciones a su par de Posadas, Julia Alegre, porque la mamá de la beba se domicilia en Garupá.Alegre ordenó que la madre se presentara a audiencia. Y lo hizo después de la convocatoria al segundo llamado, acompañada por la pareja oriunda de La Pampa y ya asesorada judicialmente.Entonces lanzó la coartada de que los visitantes eran, en realidad, padrinos de la criatura y que ella dejó que la llevaran para cuidarla por un tiempo.Los “apropiadores”, de la localidad de Quemú-quemú”, regresaron a su terruño natal, supeditados a la causa, aunque la Justicia penal aún no se dispuso a investigar los pormenores del hecho. La coartada: “Son los padrinos”Cuando el Juzgado de Familia Nº 2 de Posadas intervino en el caso, la jueza Julia Alegre citó a audiencia a la madre de la beba.La mujer acató el llamado en la reiteración de la segunda convocatoria. Lo hizo acompañada por la pareja pampeana a la que habría vendido su hija. Bien asesorada, habría dicho que, en realidad, eran los padrinos de la criatura y que ella se la había entregado para que la cuidaran un tiempo.La versión, obviamente, se contradijo por completo de la que había dado con anterioridad.El matrimonio, oriundo de la localidad pampeana de “Quemú-quemú”, regresó a sus pagos pero supeditado a la causa. Al rescateFue la abuela materna de la criatura quien se presentó ante la jueza de Familia y denunció, después de que se frustrara la venta a la pareja de La Pampa, que su hija pretendía entregar su hija a otras personas.Entonces la Justicia decidió que la recién nacida quedara al cuidado y custodia de la abuela y una tía maternas.La mujer argumentó ante la magistrada que no tenía los medios económicos para cuidar de su hija, porque además tenía otros tres varones.La DNNyA pidió que el abogado obereño, involucrado en la maniobra, sea citado a estrados para determinar qué responsabilidad le cupo en este tema.Es de esperar que la Justicia investigue el hecho y que un episodio de esta gravedad, no quede en la nada. Es decir, impune.
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