MANILA, Filipinas (Agencias y diarios digitales). El papa Francisco llegó ayer a Filipinas, apasionado bastión del catolicismo en Asia, iniciando una visita de cinco días que se prevé congregue a inmensas muchedumbres de fieles.Las campanas de las iglesias empezaron a repicar en Filipinas cuando el pontífice aterrizó en Manila procedente de Sri Lanka, país de mayoría budista, donde Francisco lanzó llamados a la concordia entre las religiones y donde un millón de personas asistió a la misa de canonización del primer santo del país, Joseph Vaz.A través de la ventanilla del avión podía percibirse a un Papa sonriente, mientras centenares de niños cantaban en la pista del aeropuerto internacional de Manila: “Bienvenido papa Francisco”.Este segundo periplo del Papa argentino en Asia, tras su viaje a Corea del Sur, está destinado a alentar a una región percibida como tierra de porvenir para el catolicismo.Aunque solamente los católicos representen 3% de la población asiática, 80% de los 100 millones de habitantes de Filipinas -antigua colonia española- practican un catolicismo ferviente.Esta visita a Filipinas debe atraer a enormes multitudes. Centenares de miles de personas ya se habían congregado a lo largo de la carretera que tomó Francisco al salir del aeropuerto.“Es una bendición ver al Papa. por eso estamos aquí”, declaró Jeannie Blesado a la AFP, una profesora de 35 años, que llevaba seis horas esperando el acontecimiento. “Cada uno de sus pasos, cada uno de sus desplazamientos, cada momento pasado con nosotros, son preciosos”, aseguró el arzobispo Sócrates Villegas, presidente de la Conferencia episcopal de Filipinas. Una misa de seis millones de fielesEn el apretado programa en Filipinas, para este Papa de 78 años de edad que en Sri Lanka mostró signos de fatiga, hay dos momentos especiales. El sábado se trasladará a Tacloban, en la isla de Leyte, a 650 kilómetros de Manila, víctima en 2013 del tifón Haiyan, que provocó más de 10.000 muertos, decenas de miles de damnificados y destruyó numerosas infraestructuras.La visita corre el riesgo de ser caótica, ya que el aeropuerto acaba de ser reparado, y se espera a centenares de miles de personas, por tierra y por mar. El Papa respondió al deseo de los obispos filipinos para que manifieste la solidaridad de la Iglesia frente a este desastre natural.Francisco, que prepara para la primavera (boreal) una encíclica sobre el medioambiente, podría denunciar los perjuicios que la corrupción, el desbarajuste, y el enriquecimiento excesivo de una minoría, provocan sobre el entorno natural.Y es que Filipinas, nuevo “dragón” de Asia con fuerte crecimiento económico, es uno de los países con mayores desigualdades y más corruptos de Asia.El otro gran evento tendrá lugar el domingo: la misa final en el Rizal Park de Manila, donde se esperan hasta seis millones de fieles. En ese caso superarían los cinco millones que congregó Juan Pablo II durante la Jornada Mundial de la Juventud (JMJ) de 1995.Todo esto crea un rompecabezas y preocupaciones para los servicios de seguridad: riesgo de avalanchas humanas y eventuales atentados islamistas.Más de 40.000 soldados y policías han sido desplegados desde este jueves y durante cinco días para garantizar la seguridad del Papa en este archipiélago, en el que dos Sumos Pontífices, Pablo VI y Juan Pablo II fueron objeto de intentos de asesinato.“Este año, esto representará nuestra mayor pesadilla”, comentó el comandante en jefe del ejército filipino, general Gregorio Catapang, mientras preparaba a sus tropas.Para las autoridades, el control de las muchedumbres representa la mayor preocupación.El presidente Benigno Aquino suplicó a los filipinos que mantengan la calma, y eviten crear estampidas que podrían poner en peligro la seguridad del Papa. “Les pregunto, ¿quieren ustedes que una tragedia que implique al Papa ocurra en Filipinas y quede en la Historia?”, lanzó.Francisco será el tercer pontífice que visita Filipinas después de Pablo VI y Juan Pablo II.Cuando el papa Juan Pablo II visitó Manila en 1995, se violaron los perímetros de seguridad y tuvo que ser llevado por helicóptero al lugar de una misa debido a que su coche no pudo atravesar un mar de unas 5 millones de personas.Aunque Juan Pablo II hizo varios viajes a Asia, visitando ambos países en 1995, el predecesor inmediato de Francisco, Benedicto XVI, que se retiró en 2013, no hizo ninguna visita a una región que el Vaticano considera como una potencial área de crecimiento. Férreo ambientalistaFrancisco pidió ayer a los líderes mundiales más valor en las negociaciones para llegar a un acuerdo global sobre el cambio climático en la cumbre de París de finales de este año.“Esperemos que los gobiernos sean más valientes en París de lo que fueron en Lima”, dijo el Papa a los periodistas en el avión que lo llevaba de Sri Lanka a Filipinas.“El hombre esclaviza la naturaleza. Nos hemos apoderado de nuestra madre Tierra. Creo que el hombre ha ido demasiado lejos”, declaró el Papa argentino, en una conferencia de prensa, cuando le preguntaban por los peligros relacionados con el cambio climático y las consecuencias de algunas acciones del hombre como la deforestación en países como Filipinas y Sri Lanka.El pontífice evocó su próxima encíclica sobre la ecología, que publicará “en junio o julio”, “para dejar un poco de tiempo antes de París”, donde se celebrará una cumbre del clima en noviembre y diciembre de 2015.“Esperemos que los Estados sean más valientes en París” que lo que fueron en Lima, durante la conferencia internacional del pasado otoño. Francisco aseguró haber hablado del contenido de la encíclica con algunos responsables de otras confesiones religiosas, y alabó al patriarca ortodoxo de Constantinopla, Bartolomé, que “lleva años defendiendo esta causa”.No se prevé, sin embargo, ninguna “declaración común” con los líderes de otras religiones, aseguró.Se espera que el Papa aborde la cuestión de la prevención de los desastres naturales y de los daños medioambientales, durante su visita a la región filipina de Tacloban, asolada por el ciclón Haiyan, el año pasado. Referencia obligada, Charlie HebdoEl papa Francisco dijo ayer que es “aberrante” asesinar en nombre de Dios, pero aseguró que “no se puede ofender” la religión o “burlarse” de ella.Así lo manifestó el pontífice durante
una rueda de prensa de 40 minutos a bordo del avión en el que viajaba desde Sri Lanka hacia Filipinas y en el que los medios de comunicación, entre los que se encontraba Efe, le preguntaron sobre el reciente ataque al semanario “Charlie Hebdo” en París, en el que murieron doce personas.Las libertades religiosa y de expresión, asuntos que se trataron durante su estancia en Sri Lanka, fueron abordados por el pontífice, quien se refirió, sin citarlo expresamente, al ataque a la redacción de esa publicación.Al Pontífice no se le escapó el sentido de la pregunta que le hicieron los periodistas franceses y contestó: “Creo que los dos son derechos humanos fundamentales, tanto la libertad religiosa como la libertad de expresión.“¿Usted es francés? Vayamos a (lo de) París, hablemos claro”, dijo a uno de ellos para afirmar: “Matar en nombre de Dios es una aberración”.Después comenzó a hablar de la libertad de expresión, de la que afirmó que es un derecho y una obligación, pero que, precisó, “tiene límites”.“Es verdad que no se puede reaccionar violentamente, pero si Gasbarri (el Papa aludió a uno de sus colaboradores junto a él en el avión), gran amigo, dice una mala palabra de mi mamá, puede esperarse un puñetazo. ¡Es normal!”, aseguró.“No se pude provocar -añadió- no se puede insultar la fe de los demás. No se puede burlarse de la fe. No se puede”, insistió el Papa.Y agregó: “Tenemos la obligación de hablar abiertamente, de tener esta libertad, pero sin ofender”.
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