POSADAS. Por quinto año consecutivo la Fundación de Apoyo a Padres de Hijos del Espectro Autista (Fapadhea) organizó el jueves por la tarde una suelta de globos azules en el cuarto tramo de la costanera de esta ciudad para concientizar y visibilizar esta patología que, en Argentina, tiene una incidencia de uno cada 125 niños. “Queremos decirles a los otros papás que no estamos solos y que en familia se puede estar mucho mejor. Hay padres que se niegan a ver la conducta de sus hijos por una situación personal, pero cuando más suceda esto es peor para el chico y para ellos, porque se demora el tratamiento”, reflexionó el presidente de Fapadhea, Eduardo Sisto. ¿Cómo detectarlo? Los chicos empiezan a tener dificultades para desarrollar el lenguaje y la comunicación, y para interactuar en forma fluida (especialmente con otros niños), y hacen acciones repetitivas como aleteo con las manos o se vuelven hipersensibles a los sonidos.Los autistas viven “en su mundo”, algunos más desconectados que otros del entorno. El autismo es una patología que puede tener distintos grados según esta “desconexión” y consiste en una serie de trastornos en el desarrollo neurológico de las áreas cerebrales encargadas de las habilidades sociales, el lenguaje, la comunicación y la flexibilidad en la conducta.Según indicó la neuróloga infantil y especialista en neuropsicología del Hospital Universitario Austral (HUA), Nora Grañana, el autismo es cada vez más detectado en nuestro país, donde la incidencia alcanza a uno de cada 125 chicos. Es fundamental la detección temprana, a partir de la observación del niño y de la aplicación de escalas y cuestionarios por parte de maestros, médicos y padres.Los primeros rasgos autistasLos primeros indicios de que un niño puede ser autista aparecen entre los 18 y los 36 meses de edad, cuando se desarrollan las áreas de las habilidades sociales.“La mayoría de los niños tiene retrasos en la aparición del lenguaje, pero en el caso de los autistas, lo llamativo es que tampoco tratan de comunicarse por otros medios. No establecen juegos de ida y vuelta con sus pares, tienen conductas repetitivas como aleteos con las manos, balanceos, autoestimulaciones y una gran dificultad para tolerar los cambios”, indicó la especialista. Otro indicador de la enfermedad puede ser el balbuceo. Un nuevo dispositivo graba los balbuceos de los bebés y analiza su evolución para diferenciar si el niño padece autismo o un desarrollo tardío del habla. Una investigación reciente, publicada en la revista “Proceedings of the National Academy of Sciences”, empleó más de 3 millones de sonidos grabados y distinguió con un 86% de precisión a los niños con autismo, así que los investigadores señalan que el análisis de los balbuceos de los bebés podría incorporarse a las técnicas para diagnosticar el trastorno.La identificación precoz permite estimular el aprendizaje de otras formas de comunicación y lenguaje, mejorar la interacción social y controlar las conductas repetitivas e inapropiadas.
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