CAPIOVÍ. El cuerpo desnudo de un hombre, hallado ayer flotando en el río Paraná a la altura de esta localidad, hasta anoche continuaba sin ser identificado. No obstante, y como dice una célebre frase del mundo policial, “los muertos hablan a través de los forenses”. Es que el cadáver, de un varón de aproximadamente 45 años, presentaba un balazo en la cabeza que fue disparado “desde arriba y aparentemente a corta distancia, penetrando apenas unos pocos centímetros por el hueso parietal, denominado como el ‘techo’ del cráneo, impacto que podría haber sido recibido estando la víctima de rodillas, presentaba orificio de entrada sin salida”, indicó un vocero oficial. De esta manera, prima facie, desde la investigación creen estar frente a un homicidio de tinte mafioso, perpetrado en la modalidad de ejecución y muy característico de los asesinatos narcos. Otro dato no menor es el lugar del hallazgo, donde es frecuente para las fuerzas federales -en este caso Prefectura Naval Argentina- encontrar víctimas flotando y a la deriva con signos de haber sido asesinadas por organizaciones del submundo delictivo. Lamentablemente la zona de frontera sigue siendo “caliente” por donde se la mire. Mientras tanto, los efectivos de la comisaría de Capioví iniciaron las investigaciones de rigor para determinar la identidad del infortunado hombre, hallado el pasado lunes al caer la tarde, minutos después de las 18. Fue una patrulla de prefecturianos -a bordo de una embarcación que patrullaba la zona- la que avisó a la Policía de la presencia de un cadáver flotando cerca de la costa argentina y a la altura de Capioví. Una vez en la escena, a la altura del kilómetro 1.712 del citado cauce, se dio inicio a la causa, que a todas luces tiene signos de ser un homicidio en ocasión de ajuste de cuentas. Por el momento se supo que no existen denuncias por desaparición de personas en jurisdicciones lindantes, como Eldorado y Puerto Iguazú, y en las últimas horas se aguardaban las respuestas de las fuerzas de seguridad de los vecinos países de Paraguay y Brasil en ese mismo sentido. Tatuaje con una inscripción El cuerpo presentaba una data de muerte de unos quince días. El hombre era de tez blanca, calvo, de aproximadamente 45 años y con un peso de 70 kilogramos. Presentaba una tobillera de tela en la pierna derecha, de varios colores; además, tenía un tatuaje en su antebrazo, del lado derecho, con una inscripción en color azul que reza: “Lequinho andrey e lu”. No se descarta que se trate de nombres de origen brasileño. Por estas horas personal de balística de la Policía de Misiones analizaba a qué arma de fuego pertenece el proyectil que le extrajeron a la víctima. Personal de la mencionada seccional y dependientes de la Unidad Regional VI, con asiento en Puerto Rico, trabajan en el caso.
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