BUENOS AIRES. “Vinieron los médicos a las 12.30 del mediodía, revisaron los estudios -el viernes le hicieron la quinta biopsia- y después le dijeron: ‘Stefi, tenemos algo que decirte. Estás de alta’”. Así recordó Claudia Acosta, mamá de Stefanía Vier, el momento en que les dieron la tan esperada noticia. La joven oriunda de Montecarlo pasó cinco meses internada en la Fundación Favaloro, donde el 6 de mayo le realizaron el trasplante de corazón. “Nos miramos y nos largamos a llorar, es una sensación muy rara, estamos muy contentas. Después nos sentamos, estudiamos los medicamentos, porque son 30 los comprimidos que tiene que tomar cada día”, relató en diálogo telefónico con PRIMERA EDICIÓN. Se trata de diferentes drogas que van desde aspirinetas y omeprazol (para que las medicaciones no dañen el estómago) a inmunosupresores, además de calcio y vitaminas. “Su otra medicina es la alimentación, debe comer todo cocido, nada de jugos ni frutas, nada crudo”, dijo Acosta.“Va a ser la primera noche después de tantas que dormiremos en la misma habitación”, agregó. Por al menos tres meses más seguirán residiendo en Capital Federal porque quedan controles periódicos que deben realizarle. Stefi está anémica y deben seguir realizándole biopsias -la próxima es el 29 de este mes. Si bien ahora las cosas las planifican día por día, en los sueños de la joven está volver a Posadas a continuar sus estudios en el Instituto Alas y Raíces y rendir los exámenes finales que le quedaron pendientes.Según Claudia, Stefi estaba convencida que después de la quinta biopsia -que fue este lunes- saldría de alta. Incluso le había dicho a los médicos que este viernes, es decir mañana, “sea como sea se iba de alta”. Y su buen presagio se adelantó dos días.Ahora será cuestión de aprender a vivir esta nueva vida con un nuevo corazón. En menos de un mes, el 13 de julio será su cumpleaños número 22. Y desde este año, también el 6 de mayo se ha convertido en otra fecha de celebrar la vida porque ese día comenzó el camino y la posibilidad de seguir viviendo con un corazón trasplantado que llegó tras dos meses de angustiosa espera. “Me siento mamá primeriza”“Creo que es como cuando nace un bebé. Stefi es mi primera hija y ahora me siento como mamá primeriza, esa primera noche que no dormís para estar atenta a ver si respira, cómo está. Igual creo que ninguna de las dos va a dormir hoy”, dijo emocionada Acosta. En la habitación, Stefi escuchaba sus palabras mientras se cambiaba con mucho cuidado para prepararse para la salida triunfal. Deberá permanecer con barbijo porque tiene las defensas bajas a causa de los inmunosupresores. Hoy ya podrá disfrutar y sentir los rayos del sol, tras cinco meses internada en la Fundación Favaloro. Mirar adelanteMadre e hija permanecerán en un apart hotel a seis cuadras de la Fundación, que se ubica en el barrio de Balvanera de Capital Federal. En el primer momento Claudia permanecía en un hotel de la zona.En todo este tiempo de internación han estrechado vínculos tanto con el personal médico como con los otros pacientes, muchos de ellos trasplantados, y sus familias. “Tenemos muchos amigos nuevos, son personas que conocimos desde el alma, atravesando situaciones complejas y de angustia, es muy especial. Ahora tenemos invitaciones de todos lados, así que vamos a planificar bien para poder hacerlas, porque Stefi tiene que comenzar de a poquito a caminar, a adaptarse”, dijo Claudia.A modo de despedida, la joven escribió una carta al personal médico que enmarcada ayer pasó a formar parte de la historia del Favaloro. Luchadora de corazónStefanía Vier nació el 13 de julio de 1993 en Montecarlo.A los diez días de vida tuvo que ser intervenida en el hospital Garrahan de la Capital Federal por una insuficiencia cardiopática por disfunción ventricular, porque nació con las dos aurículas comunicadas y un solo ventrículo. Al año y medio y luego a los seis volvieron a operarla y le realizaron un implante de una válvula de un donante para que su corazón funcione de manera correcta. En octubre de 2014 mientras se encontraba cursando las últimas materias en el Instituto Alas y Raíces de Posadas, se descompensó y fue trasladada a un sanatorio local.Luego viajó de urgencia a Capital Federal. Finalmente fue internada en la Fundación Favaloro. Estuvo 101 días en lista de espera nacional y el 6 de mayo pasado le practicaron la cirugía. A las pocas horas, pasó directamente a terapia intermedia. El 23 de mayo debió pasar a terapia intensiva pero se recuperó rápidamente.
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