QUITO, Ecuador (AFP-NA). El papa Francisco regresó el domingo a su cuna sudamericana después de dos años y recordó la deuda que tiene con los más vulnerables, al iniciar en un Ecuador convulsionado por protestas una gira que también lo llevará por Bolivia y Paraguay.El primer Papa latinoamericano y jesuita aterrizó hacia las 14.43 (hora local) en el aeropuerto Mariscal Sucre, 20 kilómetros al este de Quito. El fuerte viento que soplaba le arrancó el solideo cuando apareció por la puerta minutos después. Un Francisco sonriente bajó por las escaleras y recibió un abrazo del presidente Rafael Correa. Francisco cumplirá un periplo que incluye a Bolivia y Paraguay, y con el que pretende llevar su aclamado mensaje de justicia social para los pobres de la llamada periferia.En su primer mensaje, Francisco invitó a Correa a fomentar “el diálogo y la participación sin exclusiones” tras un mes de protestas a favor y en contra del gobierno izquierdista.En el evangelio se pueden encontrar “las claves” para “afrontar los desafíos actuales, valorando las diferencias, fomentando el diálogo y la participación sin exclusiones”, dijo.Sólo ello -agregó- permitirá que “los logros en progreso y desarrollo que se están consiguiendo garanticen un futuro mejor para todos, poniendo una especial atención en nuestros hermanos más frágiles y en las minorías más vulnerables, que son la deuda que todavía toda América Latina tiene”.“Para esto, señor presidente, podrá contar siempre con el compromiso y la colaboración de la Iglesia”, para servir a este pueblo ecuatoriano que se ha puesto de pie con dignidad”, sostuvo el Papa.En su discurso, el mandatario ecuatoriano destacó la figura de Francisco y valoró su misión por una mayor equidad y por la defensa del medioambiente. En su discurso de bienvenida, el presidente Correa habló de la dignidad de las personas, la equidad, la eliminación de pobreza y distribución de riqueza, la movilidad humana. “Vivimos unas globalización inhumana y cruel… que busca mercados planetarios”. Agregó que el orden mundial no sólo es injusto sino inmoral. Tras su mensaje, Francisco hizo un recorrido en auto hasta la Nunciatura Apostólica, en el norte de Quito. Apostados a los dos lados de la vía, miles de fieles agitaban banderas blancas al paso del vehículo. Francisco regresó a suelo sudamericano dos años después de participar en 2013 en Brasil en las Jornadas Mundiales de la Juventud.Antes de aterrizar en Quito, el Papa, en sendos telegramas, abogó por la “convivencia pacífica” en Colombia y Venezuela frente al conflicto armado que enfrenta el primer país. AgendaEn Ecuador, el Papa celebrará dos misas campales, una en Guayaquil este lunes y la otra mañana en Quito, a la que se espera asistan tres millones de fieles, incluidos miles de colombianos y peruanos que cruzaron las fronteras para verlo.“Me encanta la prédica del Papa. Soy una de las que más admira a San Francisco de Asís y me encanta porque él hace todo igual: la humildad, el amor, el ver que el agua sea su hermana, que los pájaros son sus hermanos, que los perritos también”, dijo a AFP María Criollo, una ama casa de 44 años.Criollo, que se enorgullece de que su nieto lleve el mismo nombre de Francisco, preveía dormir en el parque Bicentenario de Quito y asegurar un buen puesto para escuchar el mensaje papal. Contexto político El mandatario, un confeso admirador del papa y quien se describe como cristiano humanista de izquierda, enfrenta desde el 8 de junio protestas frecuentes que exigen su salida del poder en rechazo a políticas de corte socialista, con las que su gobierno pretende redistribuir la riqueza a través de impuestos a los más ricos. El oficialismo también se ha movilizado para neutralizar una supuesta intentona golpista que denunció Correa. El más reciente pulso en las calles se produjo el jueves y derivó en choques entre opositores y policías que dejaron seis uniformados heridos.Las movilizaciones tuvieron como detonante iniciativas para elevar impuestos a las herencias y a la plusvalía, pero devinieron en una crítica generalizada al gobierno. En un intento por apaciguarlas antes de la visita de Francisco, Correa suspendió temporalmente el trámite legislativo de esos proyectos e invitó a un “gran debate nacional” sobre la redistribución de la riqueza.
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