OBERÁ.Menos de una semana le duró la libertad a Gilberto Duarte (38), uno de los dos presos que escaparon de manera insólita de una comisaría obereña el último lunes, tras embadurnarse con jabón y deslizarse entre los barrotes. El sospechoso fue recapturado ayer por la mañana en un barrio de esa localidad, después de intentar resistirse a las autoridades.Duarte fue sorprendido en el barrio Villa Blanquita y trató de refugiarse en una vivienda de la zona, pero los efectivos de la Unidad Regional II de la Policía provincial fueron más rápidos y no le permitieron volver a escapar.Mientras tanto, al cierre de esta edición, los uniformados continuaban con la intensa búsqueda de Pablo Gómez De Carvalho (20), el otro prófugo. Según la información a la que accedió PRIMERA EDICIÓN, el joven habría conseguido una motocicleta -presumiblemente robada- en la que se moviliza por distintos sectores de Oberá. Eso atentaría contra las intenciones de los policías, que de todas maneras confían en apresarlo en las próximas horas.La detención de Duarte se produjo en el barrio Villa Blanquita, alrededor de las 16.30 de ayer. Los investigadores de las comisarías involucradas y de la UR-II tenían el dato de que el sospechoso se movilizaba por la zona y montaron una serie de vigilancias ocultas en las inmediaciones.Así fue como ayer divisaron al preso cuando caminaba por la vereda, sobre calle La Pampa. Minutos antes había salido de su escondite, en las inmediaciones.Al notar la presencia de los uniformados, Duarte dio media vuelta e intentó escapar a la carrera. Después quiso escabullirse en una vivienda de la zona, pero cuando se dio cuenta tenía dos policías sobre sus espaldas. Intentó resistirse, pero hubo poco por hacer.El preso volvió a sentir el frío acero de las esposas y terminó nuevamente tras las rejas, pero ahora en la comisaría seccional Primera, en pleno centro obereño.Mientras tanto, anoche, al cierre de esta edición, los efectivos continuaban tras los pasos del otro prófugo, Pablo Gómez De Carvalho (20). Los datos aportados por los detectives indican que el muchacho ya consiguió una motocicleta en la que se mueve por toda la ciudad. Todo apunta a que se trataría de un vehículo robado.El cinematográfico escape de ambos tuvo lugar en la madrugada del último lunes en la seccional Segunda de la ciudad, emplazada sobre calle Chacabuco casi Uruguay, y alcanzó repercusión nacional.Duarte y Gómez De Carvalho, presos en esa dependencia desde hacía un mes por distintos delitos contra la propiedad, se embadurnaron con jabón y aprovecharon su contextura física para escapar entre los barrotes de la celda. Después de burlar a la guardia, ganaron el patio y saltaron el muro perimetral. Del otro lado los esperaba la libertad.El escape fomentó un accionar similar de otros seis internos alojados en la Segunda, que al notar cómo sus “compañeros” recuperaban la libertad, trataron de seguir sus pasos. Sin embargo, a ellos no los ayudó el jabón para pasar entre las barras de hierro. Sólo lo lograron Duarte y De Carvalho, pero uno de ellos ya regresó tras las sombras. El otro, creen, volverá pronto. Un antecedente similar, pero en una cárcelEl insólito episodio ocurrido el lunes pasado en la comisaría Segunda resulta increíble, pero tiene sus antecedentes. El más llamativo sucedió el año pasado y no en una comisaría, sino en la cárcel de Corona, en Santa Fe.La fuga tuvo lugar nada más y nada menos que el miércoles 1º de enero de 2014, cuando seis internos del mencionado complejo condenados por distintos robos lograron volver a la calle.“Los internos estaban fuera de las celdas y a la hora de ingresar, los seis se metieron en uno de los calabozos, rompieron el desagüe y por un estrecho conducto, en el que tuvieron que deslizarse enjabonados, pudieron salir del pabellón. Lo hicieron por una pared lateral y a partir de allí llegaron a un portón. El candado externo de ese portón tuvo que haber sido roto lo que no fue advertido por agentes del Servicio Penitenciario”, explicó en aquel momento a los medios el secretario de Asuntos Penitenciarios del Ministerio de Seguridad de Santa Fe, Pablo Cococcioni.El caso recuerda también la fuga de Luciano Javier Campos (36) y Gabriel “Larry” Figueroa (34), condenado por el crimen de Matías Berardi. Ambos se lubricaron con vaselina para pasar entre los barrotes del penal de Marcos Paz en enero de este año. Sólo el primero fue recapturado.
Discussion about this post