C on una más que polémica propuesta de dividir la provincia de Buenos Aires en tres partes, el senador Ernesto Sánz, titular de la UCR y aspirante a la presidencia, intentó en la semana ganar protagonismo y, de paso, esmerilar la polarización entre Daniel Scioli, del Frente Para la Victoria, y el líder del PRO, Mauricio Macri, quienes a priori se ven como favoritos a las puertas de las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatorias (Paso), a celebrarse el domingo próximo. Sanz fundamentó su propuesta de “tripartición” calificando de “inviable e ingobernable” a la provincia que responde por el distrito electoral más importante del país, en el que vota la tercera parte del electorado y que hoy gobierna, y tiene la base de su proyección electoral, el candidato oficialista. Junto a Eduardo Duhalde, cabe destacar, el ex motonauta es el único gobernador bonaerense que, desde la recuperación de la democracia, sobrevivió dos períodos sucesivos. Elegido por un caudal de votos superior al ya superavitario que ubicó en 2007 a Cristina Kirchner en la presidencia, Scioli alcanzaría un logro excepcional si se convierte en presidente electo; una aspiración que desveló a muchos gobernantes de la provincia más poderosa del país, ya desde los tiempos de Adolfo Alsina, sin lograrlo. El Frente para la Victoria, que cuenta con convertir al distrito en el bastión de una victoria histórica de Scioli -a despecho de la llamada “maldición de Buenos Aires”- contestó con suficiencia la propuesta de Sanz, al advertirle que “no se meta con ese territorio”. El Frente Renovador, Progresistas y el Frente Popular opinaron, con acierto, que el planteo del radical “no es prioritario” y “hay otras urgencias”. La extemporánea propuesta, de cualquier modo, vale como termómetro de la volatilidad del debate a sólo siete días de las elecciones. Las oscilaciones del dólar “blue” en torno de los 15 pesos, a las que el titular del BCRA Alejandro Vanoli respondió con una nueva suba de las tasas de interés en los plazos fijos, movieron igualmente la rueda de la retórica electoral al filo de la semana. Macri abrió el fuego reiterando su decisión de levantar ipso facto el cepo cambiario en caso de resultar electo, postura que de inmediato criticó Vanoli: “Si alguien propone levantar todas las regulaciones cambiarias en un día, está proponiendo una devaluación”, sentenció el titular del BCRA. Mientras el funcionario sostenía la letanía del gobierno de que “no existe atraso cambiario” y se manifestaba a favor de resolver los problemas de competitividad manteniendo la flotación administrada del tipo de cambio; Scioli irrumpió con una rampante toma de posición. En un acto en Tandil, el candidato no sólo recordó que “los que pagan las consecuencias de las devaluaciones son los trabajadores”, sino que describió a la fórmula que integra, con Carlos Zannini, como “el espacio político de la industria nacional”.Blanco y negro El candidato oficialista se caracteriza por la definición en positivo de su propuesta, insistiendo en dar pistas concretas de una apuesta a la continuidad del modelo K, como lo hizo al hablar de creación de nuevos ministerios, jugando a pleno la carta que le corresponde en la dicotomía entre “continuidad o cambio” que tematiza, según los analistas, el enfrentamiento electoral en ciernes. Del lado de Macri, sobre todo a partir de los resultados del ballotage porteño del pasado 5 de julio, el tono del discurso elude confrontar en base a la situación económica, y prefiere conectar con un clima o humor social. Por eso, en un acto el jueves en la ciudad de Bahía Blanca, mientras Scioli insistía en que “hoy hablamos de una agenda de desarrollo con políticas de industrialización”, el Jefe de Gobierno porteño señalaba que su espacio político propone “un cambio profundo que tiene que ver mucho más con un cambio de valores que con un cambio de modelos económicos”.Fuegos cruzadosEl cruce insinuado en torno del cepo cambiario y una eventual salida forzada por el lado de una devaluación, en este escenario electoral fluctuante en relación a las propuestas, representa sólo la punta del iceberg de la dura puja económica y política que subyace a estas elecciones y en la que resuena, quiérase o no, un pasado de cíclicos fracasos basados en antinomias irreconciliables. Estas pujas de intereses explican la debilidad de muchas alianzas políticas fraguadas en los últimos tiempos en base a especulaciones inmediatistas, a las que no fue ajeno, por ejemplo, el controvertido proceso de formación del frente Cambiemos. Un ejemplo de ello lo dio Martín Lousteau, luego de haber amenazado la primacía macrista en el ballotage con Rodriguez Larreta. Curiosamente, el día después de las elecciones, Lousteau salió a embestir al macrismo, afirmando que si ganaba Macri en las Paso, él votaría en octubre a Margarita Stolbizer -que no pertenece al espacio común- en lugar de Macri. Este jueves, el exministro de Cristina volvió sobre el tema, esta vez diciendo que si votara en la provincia de Buenos Aires, no lo haría por la macrista María Eugenia Vidal sino por Felipe Solá. “Es un extraordinario candidato, lo admiro mucho”, elogió Lousteau, olvidando que se trata de un dirigente de otro espacio político. Espacio preponderante En su visita a Misiones, Karina Rabolini trajo el agradecimiento de Daniel Scioli a Carlos Rovira y Hugo Passalacqua, por el apoyo desde un primer momento a su candidatura, reconociendo quienes estuvieron de su lado y quienes del lado de Randazzo en la provincia.La solución que Rovira le dio a la interna del Frente Renovador en Misiones, marcando desde un principio el consenso, repercutió en la política nacional, sirviéndole a Scioli como un antecedente que le facilitó resolver su interna con el Ministro del Interior y Transportes. Esto le abrió a Rovira y Passalacqua un lugar preponderante en el armado del proyecto de país que se viene, según reconocen en el entorno del gobernador bonaerense, y una prueba de ello fue el acto de esta semana donde el vicegobernador misionero disertó junto al candidato a presidente.En el plano político municipal, Rovira aclaró el viernes que todos los sublemas son importantes y que como conductor respalda el trabajo de cada uno de los espacios, con una nueva visión donde se deja de lado el sectarismo y se da prioridad a fortalecer la estructura desde los pequeños andamiajes.Pr
esupuesto a debateEl pasado viernes, ingresó a la Legislatura misionera el proyecto de presupuesto para el año que viene, con un monto total de más de 30 mil millones de pesos y un incremento del 29 % con respecto al presupuesto que ejecuta en su último año de gobierno Maurice Closs.El propio gobernador en el ocaso de su gestión admite en el mensaje que envía a los legisladores con las planillas de cálculos de cada área de gobierno, que se trata de un presupuesto estimativo, para una gestión donde él ya no estará al frente del Ejecutivo y por ende de la ejecución de las cifras.¿No habría sido sano para la democracia provincial haber reunido a los candidatos a gobernador para discutir los grandes trazos del proyecto de presupuesto? Al fin y al cabo, si se repite la sanción de la ley como años anteriores, el gobernador que resulte electo tendrá “superpoderes” para modificar las partidas sin alterar los números finales que se le asignan a las acciones. Closs prefirió el personalismo habitual y lo mandó sin consulta alguna con sectores de la oposición. Ahora, en la instancia de debate en la comisión de Presupuesto cameral, quedará la posibilidad de apertura, especialmente para los partidos que no cuentan con representación parlamentaria.
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