“El peor de los finales” sería poco decir para contextualizar lo que en verdad constituye la desaparición de Horacelia Génesis Marasca; uno de los crímenes más atroces de la historia criminalística de la provincia de Misiones.
Tras más de tres horas de declaración ante el juez de Instrucción 6 de Posadas, el concubino de la joven madre, que dejó en vida a un bebé de sólo siete meses, confesó que la asesinó de una cuchillada el domingo pasado y que descuartizó el cadáver con la finalidad de no ser descubierto.
Según pudo averiguar PRIMERA EDICIÓN, el hombre, de 32 años, se quebró en varios segmentos de la ampliación de indagatoria e incurrió en crisis de llanto.En otro párrafo de su ampliación de indagatoria (hay que recordar que el jueves se abstuvo de declarar), consignó que se deshizo del cuerpo en dos secuencias.
La primera ocurrió la misma noche del homicidio. La otra, al día siguiente. En esta línea, habría asegurado que seccionó el cuerpo y guardó las partes en cinco bolsas tipo consorcio.Dos las arrojó el domingo; el resto el lunes.
Al parecer, en la zona costera de la zona oeste.Según pudo averiguar este Diario, el hombre habría lanzado los restos a las aguas del arroyo Mártires, aunque no era la única hipótesis que los investigadores manejaban anoche.La declaración del homicida confeso se extendió por espacio de más de tres horas ante el magistrado, el secretario, la fiscal y el defensor de Instrucción 6, Miguel Ángel Varela.
El caso saltó a la luz el miércoles, a la noche, cuando la madre de la adolescente denunció en la Comisaría de la Mujer, dependiente de la Unidad Regional I, que sospechaba de que su hija había sido asesinada por el concubino.Los uniformados acompañaron a la mujer y entraron al departamento ubicado en la chacra 150, en el corazón de Villa Cabello.
Allí encontraron ropas, secas y mojadas de Horacelia con supuestas manchas de sangre.Para el mediodía del jueves, la Policía se movilizó en gran número ante la primera versión de que el sospechoso había confesado el crimen.
Sin embargo, el juez Balor ordenó dejar sin efecto cualquier operativo de rastrillaje porque primero debía tomarle declaración indagatoria.La sorpresa vino después, cuando el concubino de la muchacha se abstuvo de prestar declaración, asesorado por el defensor oficial Miguel Ángel Varela.
No obstante, la investigación continuó.Ya entrada la noche del jueves, los peritos de la Dirección Criminalística se hicieron presentes en el departamento de la chacra 150. Allí efectuaron la prueba de luminol, un químico que reacciona en la oscuridad ante la existencia de sangre.El resultado de la pericia fue concluyente. Había manchas y rastros de abundante sangre por todo el departamento, en la sala y principalmente en el baño.
PRIMERA EDICIÓN consultó con sus fuentes para saber si la cantidad de sangre hallada en el inmueble era compatible con un descuartizamiento y la respuesta fue afirmativa. A partir de esa pericia, los sabuesos armaron una suerte de hipótesis secuencial.
Por la cantidad de sangre hallada en esos sectores del departamento, llegaron a la conclusión que la agresión habría ocurrido en la sala y el seccionamiento del cadáver, en el baño. En el contexto del allanamiento y la prueba de luminol realizados el jueves, hasta alrededor de las 22, los investigadores secuestraron un elemento que, sin dudas, será importante para sumar al andamiaje probatorio contra el ahora asesino confeso.
Se trata de un cuchillo tipo carnicero, de color blanco, el mismo que el hombre indicó ayer, en los estrados judiciales, como el que utilizó para cortar el cuerpo en pedazos.Ni el más duro de los investigadores policiales podía salir de su asombro ayer. No es para menos. Se trata de uno de los crímenes más horrendos de todos los tiempos en la historia criminalística de la provincia.
Tras la ampliación indagatoria, la Dirección Homicidios y otras dependencias policiales-judiciales, entre ellas la Secretaría de Apoyo a Investigaciones Complejas (Saic), se aprestaban a iniciar el rastrillaje en los lugares que el mismo asesino indicó que lanzó los restos de Horacelia.En este orden de cosas, el futuro procesal para este hombre es más que complicado.
Se encamina, sin escalas, a una acusación de homicidio criminis causa, que prevé un solo camino: prisión perpetua.Más allá de la autoincriminación, aún restan elementos para cerrar la investigación por el caso.Aquella noche del miércoles, el juez Balor tuvo el buen tino de ordenar el arresto del sospechoso: ayer terminó por confesar el horror que provocó con sus manos.
El luminol y la hipótesis
Por la cantidad de sangre hallada, y en los sectores donde había más cantidad, los investigadores sostienen que el crimen se produjo en la sala del departamento ubicado en la chacra 150. Una vez cometido, el homicida habría llevado el cuerpo hasta el baño, donde lo seccionó en partes. En el inmueble se procedió también al secuestro de un cuchillo de grandes proporciones, de mango blanco, que el mismo imputado reconoció ayer haber utilizado en su atroz accionar. El aberrante desenlace de esta historia estuvo antecedido por una trama cargada de violencia, en la que la víctima, incluso, llegó a denunciar a su agresor en la comisaría seccional Séptima. Fuentes extraoficiales aseguraron que el hombre se había quebrado ya el miércoles en sede policial, reconociendo que había matado a su pareja.
Sin embargo, no lo confirmó en sede judicial; por ende era lo mismo que jamás hubiera existido.Cuando la pesquisa parecía tomar otro rumbo, el hombre decidió contar la verdad. En la jerga colectiva, podría decirse que no aguantó el peso de su conciencia.
“Días antes ella dijo que le había pegado mucho”
Horas de angustia son las que vive Norma Benítez, la madre de Horacelia Génesis Marasca (16), la menor que, según la confesión de su pareja, habría sido asesinada y descuartizada. Hasta anoche, los investigadores buscaban sus restos.Al respecto, horas antes de que se conociera el trágico final, la progenitora de la adolescente dialogó con PRIMERA EDICIÓN y contó cómo fue que decidió radicar la denuncia que finalmente activó el trabajo policíaco-judicial. Además, aseguró que horas antes de la desaparición, la menor de edad le confesó que había recibido una brutal golpiza de su pareja, una más entre tantas, consignó.
“La última vez que hablé con ella fue el viernes 14 de agosto, me pidió que alguien vaya a vivir con ella. Quedamos en que yo la iba a acompañar, en ningún momento me dijo que se iba a ir de la casa e iba a abandonar a su hijo. Lo que sí me contó es que él le había pegado mucho. Eso fue el viernes y el domingo ella desapareció”, contó Norma, en medio de la desesperación que la agobiaba hasta anoche.
Benítez relató cómo comenzó a sospechar y finalmente radicó la denuncia. “Él vino a mi casa el último miércoles, para avisarme que ella se había ido de la casa. Según sus dichos, abandonó el hogar y a la criatura de siete meses ese domingo 16 de agosto a las 22, me dijo primero que se bañó, agarró su ropa y se fue, y que incluso le había robado su plata”, reveló la madre.
A la mujer no le cerró la historia y comenzó a indagar por su cuenta. Primero fue hasta la casa de la pareja y se reencontró con el muchacho. “Yo pasé por la noche y se contradecía en un montón de cosas. Entonces le pedí para pasar a la habitación, para ver eso de la ropa, pero me dijo que no porque el bebé estaba durmiendo. Y ahí enseguida se puso nervioso”, sentenció Norma.
Todo terminó de cerrar para la madre cuando habló con una vecina de la pareja, quien le brindó otro detalle de la macabra historia. “Esa mujer me contó que salió afuera aquel domingo 16 por los gritos de socorro, de auxilio, y los golpes.
Dice que al final apenas gritó, se escuchó un golpe fuertísimo y ahí un silencio total”, reveló la entrevistada.Las sospechas cerraron y Benítez radicó una denuncia en la Comisaría de la Mujer de la Unidad Regional I. Y ahí comenzó la investigación que, como PRIMERA EDICIÓN indicó ayer, arrojó un primer resultado con las pruebas de luminol en casa de la pareja, que hallaron importantes rastros de sangre.Ante esta situación, las versiones iniciales que se manejaban durante las primeras horas por parte de los investigadores de la Policía provincial y del magistrado Ricardo Balor, titular del Juzgado de Instrucción 6 de Posadas, terminaron de confirmarse anoche, una vez que el detenido decidió ampliar su indagatoria -se había abstenido el último jueves- y confesar el dramático y trágico final de la adolescente.
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