En cualquier supermercado, kiosco o almacén podemos tener acceso a productos dietéticos, light o más sanos, pero es necesario reconocerlos y diferenciarlos. Primero, debemos tener en claro que no son sinónimos y que para que un producto entre en la clasificación de light, según el Código Alimentario Argentino, debe tener una reducción en sus calorías o en algún nutriente, de un 25% o más que su versión original, mientras que los productos “diet” abarcan otra denominación. Normalmente se asocian los alimentos light a regímenes de descenso de peso, pero los de tipo “diet” tienen alguna consideración para patologías, que no necesariamente indican que sean más saludables. Por ejemplo, entre los productos dietéticos encontramos a los alimentos aptos para celíacos, diabéticos, fórmulas infantiles; esto es así porque son productos modificados para satisfacer necesidades de determinadas poblaciones. Aclarando estos conceptos básicos, analicemos los productos light. En su mayoría, son buenos aliados para “ahorrarnos” calorías que no son necesarias incluirlas, por ejemplo, en las gaseosas, en mermeladas, quesos y ciertas golosinas. Hay que tener en cuenta, también, que algunos productos de tipo “light” son reducidos en grasas pero no por eso bajos en calorías, tal es el caso del queso rallado, el dulce de leche o galletitas. Y entonces, ¿qué pasa con algunos productos que, al comparar las versiones enteras, encontramos que tienen menor cantidad alimenticia del mismo? Por ejemplo, hay golosinas que tienen sus versiones light, pero en cantidad, este producto es menor, por lo que es necesario corroborar las etiquetas nutricionales. Es fundamental para cualquier producto, chequear los ingredientes, la información del rotulado nutricional, las letras y las aclaraciones de las denominaciones “light”, “liviano”, “bajo en” o “reducido en”, porque de esta forma evitamos caer en publicidad engañosa o comprar por error productos únicamente porque son de color verde, además nos hace consumidores responsables, por elegir a conciencia y en pos a nuestros objetivos. Entonces, si queremos estar más saludables, no siempre debemos preferir productos light o dietéticos. Debemos tener en cuenta nuestro objetivo y en ocasiones elegir ahorrarnos calorías y en otras, elegir según nuestra saciedad y preferencia. Por ejemplo, si nos gusta mucho el yogur entero y además es nuestra colación o merienda preferida, no tenemos motivo suficiente para cambiar por su versión light. En lugar de ello, podemos elegir para acompañar la merienda, galletitas con menor contenido graso (“light”), controlando su porción. La clave está en leer el rotulado nutricional de los productos procesados o envasados, en controlar las porciones, ya sea un producto light o no; elegir a conciencia porque muchos snaks publicitados como sanos o livianos, contienen mayor cantidad de grasa en comparación a una golosina, y esta última, verdaderamente te quita el antojo; y en elegir siempre lo más natural que en este caso también es lo más saludable, los únicos alimentos sin paquetes: las frutas y verduras. Colabora: Mariana Ramírez ArandaLic. en Nutrición – M.P. 148Contactos al: 3764299068 www.facebook.com/lic.mramirezaranda Sargento Cabral 2042. Espacio Wellness
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