En la Iglesia quedó la sensación de que tras la primera vuelta ni Daniel Scioli, ni Mauricio Macri, plantearon abiertamente sus plataformas de gobierno. Por esto, los obispos le reclamaron a los dos candidatos que llegarán al ballotage un “compromiso concreto” con políticas públicas necesarias, entre ellas la lucha contra la inflación, la pobreza y el narcotráfico.Los obispos consideraron que inmediatamente después de la segunda vuelta, todas las fuerzas políticas deberían sentarse a dialogar para consensuar un “proyecto de país” más inclusivo, federal y con independencia de poderes.Un debate urgente y necesario que va más allá de los “modelos” que proponen y dicen representar tanto el kirchnerismo como el macrismo.Una discusión postergada que, advirtieron los obispos, excede los intereses partidarios y obliga a un cambio en la cultura política e institucional.Un cambio relacional que fomente el diálogo, la cultura del encuentro, la paz social y la reconciliación entre los argentinos.La división entre los argentinos es la herencia dura que dejará el kirchnerismo una vez que abandone el poder. El balance es claro en la Iglesia, más allá de la valoración de los logros y desaciertos que se pueda hacer de la década que el oficialismo considera ganada.Entre los obispos hay coincidencia casi plena de que ha sido una época marcada por el diálogo escaso entre quienes piensan distinto, sean del ámbito político, social o familiar. Una etapa del país en la que, aseguraron, la fragmentación y los enfrentamientos se manifestaron tanto en desencuentros, resentimientos y divisiones.Diferencias irreconciliables que la presidenta Cristina Fernández de Kirchner no deja de subrayar en sus discursos, con la impronta propia de la liturgia kirchnerista y cargada de dicotomías antagónicas: “Ellos o nosotros”, “Soberanía o dependencia”, “Patria o buitres”, “Patria sí, colonia no”.Lógica discursiva en la que, en mayor o menor medida, también se escudan Scioli y Macri, aunque prefieren más apelar a conceptos de la prédica del papa Francisco.“Las sugerencias del Papa en materia de política-económica, o sobre el poder y el servicio, no hay que repetirlas sino que hay que encarnarlas, llevarlas a la práctica. De otro modo caen en saco roto y en el olvido”, dijo a DyN un influyente referente eclesiástico.La fuente hacía alusión de este modo a las apelaciones a discursos del pontífice argentino que hacen tanto uno como otro postulante a la Casa Rosada.
Discussion about this post