Hace ocho años, la canadiense Barrick Gold abandonó su mina en Famatina por la lucha de vecinos y ambientalistas, y se sospecha que Midais podría ser un intento de reinstalación encubierto de la multinacional; cuestionada por la metodología de minería a cielo abierto, que beneficia a las empresas, pero conlleva un alto nivel de destrucción ambiental. Significativamente, en la revocación del visto bueno dado a la empresa salteña, Casas explicó que no se observaron efectos contaminantes, ni operaciones a cielo abierto, sino que el Gobierno tomó la decisión de no apoyar más emprendimientos sin el consenso de la población. Desde la Cámara Argentina de Empresarios Mineros, en tanto, lamentaron el cierre de un proyecto en producción, pero destacaron que esa entidad, a través del Foro Social Argentino de Minería, sostiene que la actividad "sólo puede llevarse adelante en aquellos lugares donde tiene licencia socia".Las economías de enclave, como la minería a cielo abierto, están en la mira de los ambientalistas por el impacto ambiental negativo; un pesado fardo que deben cargar el país y su gente, mucho tiempo después del fin del movimiento económico que genera la actividad. En el marco de un debate abierto, es alentador que se busque evitar tensiones y violencias y se atienda al consenso social; siempre y cuando no se lo intente manipular, como ocurre en muchos casos. En debate sobre las industrias contaminantes, la licencia social es un aporte superador siempre que, previamente, se garanticen estudios de impacto ambiental imparciales y científicamente inobjetables. Algo que hasta hoy no se cumple en la realidad.
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