Como ciudadanos, nos enfrentaremos a un hecho casi inédito, especialmente porque incluso en Misiones, los candidatos a gobernador e intendente, han huido a la posibilidad de contraponer ideas, propuestas y hasta críticas hacia lo que consideran los “modelos” en debate.Tras la confirmación del ballotage, han sido numerosas las propuestas o promesas de campaña, muchas de las cuales se han venido reclamando desde distintos sectores de la sociedad y la economía del país, encontrando en el Gobierno nacional una negativa constante con distintos fundamentos.Eso no quita que Scioli haya tomado como propuestas muchas de ellas, diferenciándose del kirchnerismo y sumando iniciativas propias de quien llegó tercero en la elección del 25 de octubre: Sergio Massa.Es una demostración pública que tanto él como Macri, están dispuestos a mostrar al electorado que producirán una apertura a los sectores de “oposición” respecto a los temas en común. Algo sumamente saludable si se mantiene en el tiempo, especialmente porque quien opine diferente ya no será un enemigo sino también un sano consejero.La cuestión fundamental es que un debate presidencial como el de hoy, mostrará la importancia del diálogo, la posibilidad de escuchar y tomar conocimiento de los diversos caminos para la resolución de los problemas, haciendo ejercicio de la tolerancia y de la receptividad para escuchar nuevas ideas.Algo que, con el tiempo, devolverá valor a la palabra empeñada, como supo serlo para muchas generaciones anteriores una cuestión cultural.
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