Las colonias penales agrícolas, en Argentina, son establecimientos de reclusión orientados a la resocialización, rehabilitación y reinserción social del convicto mediante el trabajo agrícola y ganadero, apartadas de centros poblados.La cárcel como castigo fue creada en el siglo XVII, para resolver problemas de esa centuria. Se originó para humanizar la ejecución de las penas, porque los métodos que se empleaban eran crueles. Tras años de funcionamiento vemos que el Sistema Penitenciario Provincial (SPP) no ha dado la solución que todos esperamos. Por tal motivo es imperioso reencausar la rehabilitación de los condenados. En esta línea, es el momento propicio para una prueba piloto en la Colonia Penal de Loreto, una forma de volver a los orígenes de ese establecimiento.En primer lugar es necesario optimizar los recursos con que se cuenta, humanos y materiales e imprimirle una nueva acción al accionar del SPP.Es aconsejable la elaboración de un manual con las especificaciones pertinentes, según su clasificación legal y niveles de seguridad; efectividad y dignidad de su cometido; detención y resocialización; el clima y terreno de ubicación, su capacidad y espacios de alojamiento, trabajo, educación, recreación, materiales indicados y cuanto se requiera para el control económico y el acierto estructural y funcional de estas edificaciones.Esto no es otra cosa que la plataforma de una verdadera política en materia criminal, orientada no a transformar las cárceles en depósitos humanos; sino en verdaderos centros de rehabilitación y reinserción de personas que delinquieron y pagaron su deuda con la sociedad. Porque el fin último debe ser, al contrario de las políticas pasadas, evitar la reincidencia de regreso a la vida en sociedad. El objeto principal de estos centros debe ser preparar a las personas privadas de la libertad para el trabajo libre, fomentando su readaptación a la vida social, motivando el entusiasmo para emprender una vida de moralidad y corrección, sea por su vocación de trabajo en el campo o por sus capacidades. Este tipo de centros de reclusión cumplirá con una tarea resocializadora de alto significado.Es imperioso que los internos estén ocupados gran parte del día en las labores agrícolas y ganaderas como así también en los talleres de carpintería y los que en el futuro se creen. Para ello es imperioso organizar junto con el Inta y el Ministerio del Agro la utilización de técnicos que orienten y controlen las actividades de los internos, y a su vez se pongan una meta y controlen sus resultados.En este sentido, incluso podría alcanzarse el autoabastecimiento de la Unidad Penal y luego el excedente comercializarlo para adquirir equipamiento y mejoras edilicias y luego satisfacer las necesidades de los familiares de los internos.Es posible lograr resultados satisfactorios con un mínimo aporte estatal, para lo que es fundamental inculcar y preparar a los administradores de la Unidad con una visión mucho más de liderazgo que de mero control policial. Al tener una superficie de 300 hectáreas; las que pueden ser planificadas para su explotación por técnicos en agro y ganadería, se podrá optimizar nuestro suelo y por medio de la Nación encontrar los medios para comenzar con esta tarea. A modo de ejemplo el sistema de riego por goteo para pequeñas chacras es de gran utilidad en este sistema. Se debe lograr que la Unidad se autoabastezca y de esa forma el interno estará motivado para seguir trabajando. No se puede obviar la importancia de la gran mano de obra con que cuenta la Unidad; pero para que sea productiva no sólo hay que dotarla de herramientas sino también organizarla y dirigirla en pos de metas que favorezcan su futuro, fuera de la Unidad.Esto es una realidad que está al alcance de nuestras manos; sólo se requiere decisión y puesta en marcha de los recursos humanos y materiales con que cuenta el Estado.Con relación a la atención médica, se debe celebrar un acuerdo con el Ministerio de Salud y lograr que en forma permanente la Unidad cuente con médicos y enfermeros que hagan allí su residencia. Y como política de fomento e incentivo; a cada residente se le computará el doble por cada año de prestación de servicio considerando su contexto laboral como zona desfavorable. Obviamente que esta propuesta no inhabilita a otras que puedan acordarse. De esta manera, cada interno tendrá una atención real y efectiva. Sólo los casos de urgencia serán derivados al hospital Madariaga. Se debe considerar también la posibilidad de que la Cárcel de Mujeres provea de uniformes para las internas, con lo que se incluiría a otra Unidad en este programa. Es necesaria una reforma penitenciaria, para evitar el hacinamiento carcelario y sobre todo, para que el interno, una vez en libertad, pueda reinsertarse en sociedad a través de una política de inclusión. No debemos dejar pasar que el encierro por el encierro mismo no da resultados, la cárcel del siglo pasado no dio resultados positivos, razón por la que aplicar los mismos métodos evidentemente no dará resultados positivos. Es hora que la premisa constitucional se cumpla, las cárceles serán sanas y limpias y no para castigo, razón más que justificada para llevar adelante la reforma penitenciaria. Como el Papa Francisco manifestó al Procurador Penitenciario: “Por favor hagan algo, no tienen garantías. Los penales están hechos para rehabilitar a la gente para que vuelva, los que pueden. Si los tenemos encerrados, los arruinamos". "Por favor, que tengan deporte y que el tiempo que tengan se sientan gente", planteó el líder religioso.Creo que, como sociedad, nos debemos un debate real de la problemática, pero que no quede en una mera expresión de deseo, que contemos con gente capacitada par llevar adelante esta reforma.
Discussion about this post