Llenar de colores, de risa, de amigos, de música, de baile, de letras, de fiesta, de alegría, de vida. Ese fue el objetivo de los payamédicos que visitaron el Hospital Pediátrico el 31 de diciembre por la noche para pasar allí la noche vieja y el inicio de un nuevo año con los chicos que se encuentran internados, y también con sus familias que los esperan. “Fue una experiencia increíble. Me da escalofríos cuando me acuerdo”, aseguró Roxana Krause, una de las visitantes del 31, a PRIMERA EDICIÓN.Es más, “Roxi” – como la conocen todos -, cuando volvió a su casa después de pasar esa noche con los chicos fue determinante con su mamá: “le dije que me perdió para siempre en año nuevo. Pasar en el Pediátrico fue algo único. Encontrarte con un montón de gente que estaba sola, nos topamos con una chica que estaba en el patio llorando sola y llegamos nosotros con el pan dulce y la gaseosa bailando y se tuvo que reír”, relató la joven de 26 años y una de los 11 payamédicos que visitaron el nosocomio para recibir el año feliz. Muchos de ellos, son jóvenes que están dando sus primeros pasos en el mundo de los payamédicos, a quienes se los conoce como payapracticantes.“Este año fueron muchos chicos nuevos”, aseguró Marilyn Melo Fajardo, payamédica, quien además contó que “es el segundo año que lo hacemos y, a raíz de lo que pasó el año pasado, el mismo personal del Hospital nos invitó. La idea era repetirlo porque para Navidad hay mucha gente que dona y lleva cosas al Hospital, pero en año nuevo pasa menos”, indicó. Entonces, con eso en mente, los payamédicos organizaron una colecta de donaciones donde se juntaron pan dulces, turrones, gaseosas y todo eso se llevó para compartir con la gente que pasó la noche vieja y recibió al año nuevo en el Hospital. “Hubo gente que hasta donó comida para las personas que pasaron la noche trabajando, como médicos de guardia y personal de seguridad”, indicó Marilyn a este Diario. “El año pasado lo hicimos sólo dentro del Hospital”, indicó Marilyn, pero “este año fuimos hasta el Madariaga”, agregó Roxi entre risas. Es más, llegaron hasta Maternidad, donde se encontraron minutos después de las 00, con Adriana Belén, la primera misionerita del 2016. “También pudimos recorrer otros servicios, porque no solamente los chicos o sus familias necesitan tener algo que festejar, si no también el personal que está trabajando”, indicó Marilyn. Es más, “en la parte del estacionamiento había un policía solo sentado en el cordón. Hasta que llegamos nosotros”, contó Roxi.“Siempre es súper gratificante esa experiencia”, aseguró Marilyn. Tanto, que quizá se vuelva costumbre.
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