A partir de esta celebración es bueno que reflexionemos sobre cuál es la experiencia de Dios que tenemos como cristianos y bautizados.La fiesta de la Epifanía, nos recuerda que Dios se manifestó a la humanidad con certeza y el lugar privilegiado para su revelación es en medio de las carencias y las pobrezas de nuestra humanidad. Por eso Dios eligió un humilde establo de Belén para su nacimiento. La manifestación de Dios no se identifica con la riqueza material. Para encontrarnos con Él tenemos que alejarnos del mundo materialista y secular entrando en la pobreza del corazón, donde hay lugar para la manifestación de la grandeza de Dios. Los reyes magos, que popularmente nos recuerdan del regalo navideño, es una camino de búsqueda sincera que hemos de conservar y fomentar en nuestra vida personal. La verdadera experiencia de Dios requiere de una sincera búsqueda, de la verdad y del bien. En la profundidad de este deseo del bien común que nos hace pensar en el otro, es posible superar el egoísmo que nos aleja del “otro”. A Dios hay que buscarlo como se hace necesario respirar. Y lo encontramos en la verdad, en la justicia y en el amor.El ejemplo de los reyes nos habla de la perseverancia. Ellos nos dejan la enseñanza de que cada persona debe proponerse metas para lograrlas. Y a esto debemos agregar la constancia, tenacidad y no amedrentarse ante las dificultades y obstáculos. Si quieres triunfar en la vida debes ser: insistente, consistente y persistente, en tus metas y objetivos que te llevarán a la realización de tu proyecto de vida; sin dejar de pedir la gracia de Dios. No es tarea sencilla, pero con estas actitudes se pueden alcanzar los éxitos en la vida. Celebrar la fiesta de la Epifanía es abrir el corazón para ser acogedores y estar atentos a tantas novedades que Dios nos regala. La presencia de Dios es una sorpresa y de un modo muy distinto al que estamos acostumbrados. El poder de Dios se manifiesta en el amor y en la sencillez de un establo. Los reyes magos nos invitan a caminar en la vida buscando a Cristo, con una vida de luz, de alegría, de paz. Esto nos permitirá alcanzar la plenitud de las realizaciones y entregarnos al servicio de los demás sin retaceos. El ejemplo de los Reyes Magos nos recuerda que para toda búsqueda de Dios es indispensable escuchar la voz de las Sagradas Escrituras: ella nos indicará el camino. La Palabra de Dios es la verdadera estrella que, en la incertidumbre de los discursos humanos, nos ofrece el inmenso esplendor de la verdad divina. Que en esta solemnidad de la Epifanía, nos dejemos iluminar por la luz que viene de lo alto, además de permitir que nos guíe e ilumine la fuerza de la Palabra de Dios y su Espíritu, haciendo carne en nosotros los valores del Evangelio. Que nuestro camino esté siempre iluminado por esa Luz que ningún otro signo puede darnos. Y que también nosotros podamos convertirnos en estrellas para los demás, reflejo de la luz que Cristo ha hecho brillar sobre nosotros.P. Juan RajimónMisionero del Verbo Divino
Discussion about this post