El favoritismo y los acomodos políticos son algunas de las razones que han llevado a los ciudadanos misioneros y argentinos en general, a rechazar cada vez más a la dirigencia política. Porque ven cómo un selecto grupo de parientes del poder, vivían de haberes que iban de los 30 mil a los 60 mil pesos, simplemente por portar un apellido de peso político en el gobierno circunstancial que maneja el poder en la tierra colorada o en el país. Entre los casos más llamativos se encuentra la esposa de un encumbrado miembro del Poder Judicial y hasta el cobro directo de un sueldo de 45 mil pesos mensuales por parte de otro par que facturó ese monto hasta diciembre pasado, pese a la incompatibilidad manifiesta entre su importante función y la supuesta prestación de servicios en la EBY. Lo curioso del caso, es que si bien el dato surge de una auditoría parcial ordenada por la nueva administración, no fue ésta la que puso luz a la sombría maniobra, dejando al descubierto a decenas de personas privilegiadas, frente a trabajadores (incluso dentro de la misma Yacyretá) que cobran haberes magros en comparación con ellos.Lo grave del caso, será si aún con el nuevo Gobierno nacional, los parientes del poder seguirán usufructuando estos privilegios.También, se supo que hay otro importante grupo de amigos del poder que tenía contratos de entre 18 mil y 30 mil pesos entre los que está el hijo de un exgobernador que se dice opositor y que gerencia una empresa, del que dudan que haya ido a trabajar al menos un día en la EBY.Estos datos, son una cachetada a la credibilidad del poder político, cuando se declama el supuesto interés por gobernar por los trabajadores y se mantienen ñoquis de lujo durante años. El cambio que tanto se pregona para el Estado, debe transparentar situaciones como estas.
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