Mientras se suceden las señales de alarma por la extraordinaria proliferación del mosquito transmisor del dengue en la región, el ministro de Salud de Corrientes señalaba el martes la situación preocupante de esa provincia “con provincias vecinas como Formosa y Misiones con brotes importantes, y con el rebrote de la endemia en países limítrofes”.En un marco propicio para que se incremente el impacto epidémico latente, por la incidencia de las recientes inundaciones, los desórdenes climáticos y, entre otros factores, el riesgo que representan las grandes represas como Yacyretá, llama la atención la tendencia de las autoridades misioneras, sino a minimizar, al menos a no enfatizar debidamente la necesidad de combatir la enfermedad en todos los frentes.El martes, el ministro de Salud reconoció, al dar a conocer un parte epidemiológico, 35 casos comprobados de un total de 862 probables, al tiempo que anunció próximas reuniones a nivel ministerial en Brasil y Paraguay y recordó que se avanza en la posibilidad de introducir en el país la vacuna que ya se usa en Brasil, México y Filipinas. Sugestivamente, sin embargo, el titular de la cartera sanitaria provincial no se pronunció sobre la presencia, según un medio local, de un caso de muerte de una mujer por dengue en Puerto Iguazú; respecto al cual los familiares denunciaron que la persona infectada debió atenderse en Brasil, donde le diagnosticaron la enfermedad, debido a que el hospital local no da abasto y carece de los reactivos necesarios.La denuncia es grave por la pérdida de una vida que pudo haberse evitado, pero además por revelar el fracaso o la insuficiencia de las políticas de contención y prevención en una de las zonas de mayor riesgo en la provincia. La sospecha de que el silencio oficial encubriría la intención de preservar la temporada turística exige una aclaración, categórica y convincente, de las autoridades.
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