En este marco, trascendió que en el contexto de la Mesa Yerbatera se analiza la idea de impulsar nuevas leyes en el Congreso Nacional orientadas a remover definitivamente los obstáculos que encuentra el Instituto Nacional de la Yerba Mate (Inym) a la hora de fijar los precios indicativos de la materia prima cada semestre.La idea de que una iniciativa legal que surja avalada por el sector en su conjunto tendrá mejores posibilidades de ser aprobada que el paquete presentado anteriormente por legisladores de distinto signo político; que no llevaron a ningún resultado concreto, puede ser razonable, aunque habría que probarlo en la práctica. El principal planteo de la propuesta sería dar al Inym la función de fijar “precios mínimos, oficiales y obligatorios”, para todo el proceso elaborativo, incluyendo el precio del producto a salida de molino, actualmente causa de conflictos que, en los últimos años, involucraron a la Secretaría de Comercio de la Nación. El ambicioso proyecto, probablemente, subestima el poder de las grandes superficies comerciales en el proceso de fijación de precios y sobrestima el que le corresponde a la propia cadena en cuanto a fijar unilateralmente valores obligatorios. Se habría desistido, en tanto, de la propuesta -incorporada a un proyecto de ley que nunca se aprobó- de eliminar la cláusula de unanimidad en las decisiones del Directorio. Este requisito, sin embargo, aleja la posibilidad de alcanzar un consenso genuino; que sólo es posible cuando se concilian intereses en un proceso de diálogo. Si cualquier eslabón guiado por su interés particular puede “patear el tablero” con la ley de su lado, la unanimidad se vuelve abstracta y favorece, como ocurre hoy, al más fuerte.
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