La maniobra además apuesta con eso a contener futuras demandas salariales que vendrán aparejadas con el inicio de las negociaciones paritarias en la Nación y las provincias.El cambio del piso en el impuesto a las Ganancias no conlleva el mismo impacto a todas las actividades, ya que no alcanza a la mayoría de los trabajadores, sin embargo significa un alivio para varias actividades con gremios fuertes y que tallan profundamente a la hora de los reclamos dentro del movimiento obrero organizado.Consciente de eso desde el primer momento, el presidente Macri sumó un aumento para las asignaciones familiares que beneficia a una buena porción de los trabajadores que no alcanzan a tributar el impopular impuesto a las Ganancias.De hecho, el secretario general de la Confederación General del Trabajo (CGT) oficial, Antonio Caló, destacó más el anuncio de las asignaciones que el de Ganancias, bajo el argumento de que tanto en su gremio, la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) como en el resto de los sindicatos, la mayoría de los trabajadores no alcanzan a pagar este impuesto.No obstante, el éxito de estas medidas para desactivar un eventual escenario de conflictividad social aún está por verse y quedará inevitablemente atado a la marcha del ritmo inflacionario en los próximos meses y el impacto de los aumentos de tarifas de servicios aún pendientes.Sucede que el anuncio se produjo cuando aún no llegaron las boletas con las nuevas tarifas de electricidad sin los subsidios de la era kirchnerista y cuando tampoco se instrumentó el inminente aumento del transporte público, los cuales podrían “comerse” el beneficio de Ganancias y asignaciones.No obstante, servirán, al menos, para sumar un piso al incremento salarial que se debatirá en las paritarias, en las que Hugo Moyano advirtió que no bajará sus pretensiones y que mantendrá su pedido de alrededor del 32% de aumento, unos puntos por encima de la pauta que pretende el Gobierno, en torno al 28%, aunque a diario repita que no habrá techo.
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