El sacerdote Luis González Guerrico fue nombrado como nuevo vicario general de la Diócesis de Iguazú. Este domingo, con una misa a las 20 en la iglesia Catedral dela Ciudad de las Cataratas, será presentado en sociedad para ocupar oficialmente el cargo. A Guerrico se lo conoció en los medios nacionales como un sacerdote de “mano dura” cuando condenó un video ideado por el Ministerio de Salud de la Nación para ser mostrado en las escuelas secundarias de todo el país. El video buscaba generar conciencia entre los adolescentes respecto de los riesgos del Sida, pero nunca consiguió exhibirse en las escuelas católicas porque era contrario a la moral de la Iglesia. En esa época se desempeñaba como presbítero episcopal de Educación en la arquidiócesis de Paraná. PRIMERA EDICIÓN charló con él, en las horas previas a su asunción en la vicaría general, para interpretar la polémica que entonces saltó a los medios del país, aunque siempre de manera parcial y sin la debida posibilidad de permitirle sumar sus expresiones. “En ese entonces yo envié a todos los colegios católicos una carta diciendo que no se podía utilizar ese material, porque era contrario a las enseñanzas de la iglesia. Esa fue la polémica. Toda afirmación de la ortodoxia doctrinal, ya desde entonces -y ahora más- es muy resistida. Dijeron que era una actitud dura y del conservadurismo, etcétera pero la mía no fue más que una decisión fundamentada en la doctrina de la Iglesia. Está en el catecismo de la iglesia Católica y cualquiera lo puede confirmar. Estas reglas de la iglesia católica vienen de la palabra de Dios. Está en los santos evangelios y lo sostiene el mismo Jesucristo”, fue la respuesta del cura ante la consulta de este Diario sobre aquella controversia: “El mensaje de la salvación consiste primero en anunciar a Jesucristo, hombre muerto y resucitado para nuestra salvación. Vienen luego todas las enseñanzas que el mismo Jesucristo deja claro en los evangelios, quien no vino a derogar la ley sino a confirmarla, en referencia a los 10 mandamientos. Seguir a Cristo implica también cumplir sus mandamientos”.“Jesús vino a salvar a los pecadores, a quienes les ofrece la más amplia reconciliación pero les pide un cambio de vida. La Iglesia, como esposa de Cristo ofrece esa reconciliación, pero debe aceptar el compromiso de un cambio de vida: vete y no peques más”, expresó.“La iglesia Católica no está en contra de la educación sexual, simplemente prefiere que sea una educación para el amor y conforme a la moral natural y preferentemente a lo pensado por Dios para el hombre”, sostuvo. En la charla también fue consultado sobre la polémica a partir de la advertencia del arzobispo de La Plata, Héctor Aguer, quien recordó que los divorciados vueltos a casar “no pueden acceder a la comunión” y también lanzó una seria advertencia: “A los sacerdotes no les está permitido hacer su parecer y violar las disposiciones sobre la admisión a la comunión eucarística de los divorciados vueltos a casar”.“La iglesia tiene una atención especial con el divorciado que vuelve a la vida con otra pareja. El Papa Juan Pablo II fijó las excepciones, pero el adulterio es un tema que no lo puede drogar ni el Papa, es un mandamiento y ley divina”. “Me ha impresionado la fe del pueblo misionero”, opinó en otro orden, sobre lo que sintió al llegar.
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