La magíster Lidia Schöninger, como todos los años, tuvo la responsabilidad de elegir quienes serían premiados en el certamen que este año fue de cuentos y sonetos. “Una vez más, me ha tocado el honor de ser parte de esta gran empresa de amantes y admiradores de las obras de nuestro querido Quiroga, del “Club de Fanáticos de Horacio Quiroga” dijo Schöninger.Aclaró que “En esta oportunidad, si bien Quiroga se caracterizó por su rica producción narrativa, hemos querido homenajearlo en versos. Es por ello que se propusieron dos categorías: “Sonetos a Quiroga” y “Pinceladas Quiroguianas”; ambas con la misma temática, la naturaleza y el entorno del escritor, ayer y hoy”Ganadores en prosas Walter Gustavo Núñez, de Puerto Iguazú y autor de “La selva de Horacio”, podrá cambiar el cuadro de Quiroga obtenido en 2015 por el de este año al haber ganado el certamen en el rubro Cuentos o Pinceladas quiroguianas. En segundo lugar, figura Juan Alberto Daura Sand, autor de “Invitado”.En la segunda categoría, “Pinceladas Quiroguianas”, se destacó “Isapy” de Elizabeth Villavicencio, de Oberá pintando a través de las palabras, al árbol que representa al monte, al pulmón agrietado y doliente de nuestro planeta. Sonetos ganadores El primer premio en Sonetos, correspondió a Miguel Azarmendia (Posadas), por su obra San Ignacio. En segundo lugar figuró Horacio Daniel Sequeira (Bahía, Brasil), con “Alerta” y el tercer premio fue para David Rebatta Ovalle (San Ignacio), que presentó “Horacio, pionero ecólogo”.Al momento de distinguir los ganadores en Sonetos, Schöninger hizo una salvedad, “es necesario hacer una aclaración: prestamos atención a la estructura del soneto (estrofas) y a la rima, más que a la versificación porque entendemos que no es sencillo y nuestra intención es brindar mayor abanico de posibilidades a los jóvenes y no tan jóvenes literatos que desean compartir sus escritos”. CUENTO – PRIMER PREMIO"La selva de Horacio" (Walter Gustavo Núñez)Mientras se desbordan por los acantilados del Teyú Cuaré, las orquídeas florecidas, él respira su cansancio, exhala su alma de humedades y en su bicicleta retoma el camino a su casa. Él espera llegar, pero en sus devaneos durante el camino, la selva se devora a su conciencia de hombre y su respiración se entrecorta, cada imagen lo perturba pero él espera llegar. Su casa austera, única, sobrevive a la selva y allí su tesoro de soledades, sus teclas que golpean para grabar su inspiración, su máquina engendradora de historias, nacen en su mente, y se resbalan por sus dedos con cada golpe, con cada impronta que graban sus ideas.La casa está allí y su mirada pasa por la ventana, antes se distrae en su taller, ronda por la calidez de los muebles, y se pierde navegando por el río con la tarde mordiendo la costa.La selva parece mirar la casa, y la casa parece ser parte de la selva, Horacio lo sabe, es un preso de sus decisiones y es libre por aceptarlas, y se funden hombre y selva, mente y fantasía, animales y ciudad. Todos se conjugan en el preciso momento en que la selva de Horacio se pinta en cada golpe de la máquina y las palabras comienzan a hacerse eternas.PROSA – SEGUNDO PREMIO"Invitado" (Juan Alberto Daura Sand)Invitado fui a internarme en lo profundo de la selva, allá en San Ignacio. Mas, para llegar allí lo hice en canoa de virginal madera; y al arribar a tu atracadero la hundí de exprofeso para no tentarme con la idea de pronta y cobardemente huir.Quedó ella (la canoa) enterrada en el lodoso rojo fondo ante la mirada de un Manguruyú y la de un paciente Surubí…Y agarrándome de raíces de Güembé e Isipó por la espesa fronda, no sin dificultad subí y subí perdiendo casi el equilibrio al cruzarse en mi camino un apurado Coatí, al cual seguí, y encaramado en mojón de piedras y ladrillos, leyendo un libro tuyo lo vi.¡Cuánto Lapacho en flor! Rosados y amarillos dando más color y brillo a tu recuerdo, a tu memoria… Y sin querer en tus dominios me encontré. Frente a ti, tu sencilla y humilde casa donde las puertas son los sueños, siempre abiertas. Y ese pozo con brocal sin tapa, donde arrojé 3 (tres) monedas pidiendo que se cumplan cual deseos: reposo al cuerpo, paz al alma y a la humanidad toda, simplemente calma.Tu moto cual escuálido y herrumbrado yaguara, en silencio ruge al tiempo que en el cañaveral sopla, danza y canta el viento cual si fuese de la catedral en plena selva su órgano vital.¡Todo de lo tuyo está aquí! Las letras, la fronda, tus fotos, el silencio y este largo y estridente sapucay, que en honor a ti Horacio Quiroga al viento despliego deseando que raudo cruce el Paraná y llegue como un suspiro a tu amado Uruguay.PINCELADAS QUIROGUIANAS "Isapy" (Elisabeth Villavicencio)El cruel depredador va señalando los árboles de mayor porte para que luego sean talados, derribados,(ilegalmente), en una de las reservas naturales de Misiones. La vieja grapia centenaria, murmura tristemente: “mañana moriremos muchos hermanos”. Isapy contesta: “¡no dejaré que les hagan daño. Llamaré a todas mis hermanas”.El hombre frente a la grapia, maravillado, ante ese portento de la naturaleza exclama: ¡nunca vi algo igual en mi vida! ¡madera de ley en cantidad! Buenas ganancias me dará y se acerca para marcarla.Miles de brazos lo aprisionan, como sogas, lo fijan al tronco. Oculta el cuerpo, forman una cortina borrando el trillo que abriera el machete asesino en el monte vital del maderero, depredador, desaparecido en la selva, siguiendo los rastros de un jabalí (dicen los familiares).SONETOS – PRIMERA PREMIO"San Ignacio" (Miguel Arzamendia)¿Cuánto habrá de encanto en este ríoque embelesa, contiene y emociona?Acarician, las aves juguetonasel tibio aire denso del estío.¿Cuánto habrá de selva en mi albedríoaltiva, imponente y socarrona?Seduce desde el alma, picaronay colma de pasión hasta el hastío.Cuando el sol se viste de horizontecon ropaje de penumbra y soledaduna sombra se mueve sobre el monte;detiene y goza en secreta intimidadla imagen del crepúsculo en aprontemusa al fin de su cuento eternidad.
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