Los claros indicios de que pronto se inicia un nuevo ciclo lectivo ya están a la vista y llena de un dinamismo único a nuestra comunidad posadeña. Y no es para menos, ya que es este el primer paso que damos en la construcción del futuro de nuestra sociedad, tarea nada sencilla pero fundamental para formar ciudadanos comprometidos con el bien común y creativos para que todos tengan su lugar.Esta labor nos exige a no distraernos y aunar esfuerzos, para lograr un año lleno de aprendizajes valiosos en la vida de miles de niños y jóvenes de nuestra sociedad. Además nos llama a la reflexión para poner lo mejor de nosotros para crear espacios que nos permita formar y educar, logrando así una verdadera construcción de nuestro futuro. Y esto deja muy claro que la educación implica un esfuerzo colectivo de toda la sociedad. Es común ver la actitud de algunos padres que al inscribir al niño en la escuela, creen que la tarea ya está cumplida. Sin duda que las instituciones educativas tienen sus obligaciones y responsabilidades. Pero, sin embargo, la verdadera dinámica educativa va mucho más allá de las cuatro o cinco horas de transmisión de conocimientos, sino que es una tarea que adquiere una gran importancia y que debe ser asumida por todos: la familia, la escuela y la sociedad en su conjunto. Por lo tanto la educación es un deber que involucra a todos los miembros de la sociedad, una responsabilidad a la que nadie puede renunciar. Como dice un proverbio africano: “Para educar a un niño hace falta un pueblo entero”.El significado de la misma palabra “educar” nos habla de su importancia. Etimológicamente significa “sacar a luz aquello que se encuentra encubierto (del latín: educere), develar, actualizar las virtualidades humanas. Aquí no se trata de mostrar partes aisladas de un todo sino la totalidad humana. Es ahí donde la educación no puede reducirse en unas pocas horas de actividad áulica. Además educar proviene del latín “educare que significa criar, alimentar, construir, conducir, guiar, orientar, el movimiento se produce desde lo exterior hacia el interior del hombre”. A partir de este doble significado de la palabra, podemos comprender entonces el compromiso que implica la gran tarea que estamos pronto a iniciar. Es una nueva oportunidad para fijarnos nuevas metas, sueños y propósitos con una actitud positiva y superadora. Una mirada positiva frente a los desafíos y contratiempos serán claves en el desarrollo de tantas potencialidades que tienen nuestros niños y jóvenes. Con el esfuerzo sincero será posible que tantas cosas sucedan en nuestra vida. Los invito a que depositemos toda nuestra confianza en el Autor de la vida, quien nos ayudará a lograr lo mejor, a pesar de las dificultades que serán parte de nuestro camino. La invitación del papa Francisco de celebrar el Jubileo de la Misericordia, es también un llamado al inicio de este ciclo lectivo para que vivamos esta característica de Dios que es tan esencial a su ser, que es la que nos permite “respirar”: Dios está a favor del hombre. Dios nos ama incondicionalmente. También nos invita como hijos de tal Padre a ser misericordiosos, a ejercitar la misericordia, que significa ponerse “a favor” de los demás, amarlos con todas las fuerzas que podamos. Como sociedad es una oportunidad para vivir esta dimensión de la misericordia de Dios en la vida. Los animo a vivir profundamente el amor misericordioso de nuestro Padre Dios y entre todos hagamos que este nuevo ciclo lectivo sea distinto y significativo. A todos les deseo un bendecido inicio de clases y que cada uno ponga lo mejor de sí para que sea un año de buenos y fecundos frutos.
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