Ambos conducían sus motocicletas por las calles vecinales realizando pequeñas picadas y poniendo en peligro su vida como la de los ocasionales transeúntes de esas arterias terradas del barrio Irigoyen. La denuncia fue formulada por vecinos del barrio Irigoyen y tras las detenciones ambos quedaron alojados a disposición del Juzgado de Paz. Además, otras ocho motos fueron secuestradas por falta de documentaciones y medidas de seguridad; cuatro personas fueron detenidas (dos por arrojar piedras al control policial, uno por tenencia de arma blanca y el restante por consumir bebidas alcohólicas en la vía publica) y un menor fue puesto a disposición de sus familiares por hallarse en un bar.
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