Leonardo Fariña causó un revuelo político en la causa de “La Ruta del Dinero K”, en la que declaró bajo la figura de “arrepentido”. Apenas horas después de su comparencia judicial llevaron al fiscal del caso, Guillermo Marijuán, a redactar un requirimiento para iniciar un nuevo proceso en el que incluyó en calidad de imputada a la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner; al exministro de Planificación Federal, Julio De Vido; y a un hombre vital en la arquitectura financiera de los Kirchhner, el financista Ernesto Clarens, quien trabajó en las redes societarias de la economía de Néstor Kirchner y su familia, y también en la del acusado de ser su testaferro, el empresario Lázaro Báez. En el requerimiento también se incluyeron a otras personas, de las que trascendieron, por ahora sus nombres.La causa está bajo secreto de sumario, pero aun así trascendió parte de la declaración de Fariña. El ahora testigo protegido contó, aportando información y posibles testigos, que la propia Cristina y antes su marido Néstor Kirchner habían armado una estructura para sacar del país o blanquear en inversiones locales fondos millonarios que, según él, tenían origen ilícito.El “valijero” repitió frente al juez Casanello y a Marijuán lo que antes le había contado a Jorge Lanata en entrevistas con cámara oculta que se difundieron en el programa PPT, de canal 13: “Los Kirchner armaron una red de lavado con plata del Estado y ustedes pueden descubrirlo conmigo por qué yo sé como lo hicieron”, dijo, palabras más, palabras menos.La decisión del fiscal Marijuán abre un nuevo frente judicial para Cristina Kirchner, que el miércoles deberá prestar declaración indagatoria en otra causa, en la que se investiga la operatoria del Banco Central con dólar futuro.Fariña explicó la metodología de los pagos. Los hacían a través de Lombard Odier, un banco fundado en 1796 en Ginebra, Suiza. El dinero de la corrupción se enviaba a esa entidad bancaria a una “cuenta puente” cifrada que estaba a nombre de Teegan Inc. Desde allí el dinero era girado a otra cuenta manejada por los verdaderos beneficiarios de la maniobra. El movimiento se desintegraba a los 180 días evitando de esa manera dejar cualquier tipo de rastro que permitiera seguir la ruta del dinero.Lombard Odier abría la cuenta puente ligada a una sociedad comercial en Bélgica. Juntamente con eso entregaba un e-token (dispositivo generador de claves numéricas) que permitía al portador hacer transferencias. Fariña dijo que presenció cuando del banco le entregaron el dispositivo a Lázaro Báez.Cuando Casanello le preguntó por las imágenes que se hicieron públicas donde se ve cómo contaban billetes, dijo que era una operatoria típica para preparar el dinero para enviarlo al exterior.Preguntado sobre cómo se traía el dinero del sur del país, contó “no venía en avión, venía en dos autos desde el sur hasta Buenos Aires protegidos por la custodia de Lázaro Báez”. Fariña sostuvo que la entrega en Buenos Aires no podía hacerse sin la presencia de Martín Báez, hijo del empresario K.Luego relató otro hecho que motivó que el juez Casanello decidiera decretar nuevamente el secreto de sumario. Una embajada de una potencia extranjera, luego de la muerte de Néstor Kirchner le advirtió a Cristina Kirchner que Lázaro Báez estaba haciendo muchas transferencias de dinero ilícito a Europa. Al conocer esto, Cristina lo llamó a Báez para contarle el episodio y reprochárselo. “Nos estás robando el dinero de Néstor” le recriminó la entonces Presidenta.Fariña también relató que los problemas entre Cristina Kirchner y Lázaro Báez comenzaron a fines de 2010. “Esta mujer piensa que yo le estoy robando la plata de Néstor”, se quejó Lázaro Báez según lo que contó Fariña.
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