Millonaria cárcel y ni un solo preso

Desde hace tiempo, en diferentes informes, se hizo notar que las unidades carcelarias actuales cuentan con un exceso de detenidos según la capacidad total al momento de ser levantadas. Al Gobierno le gusta decir que no hay colapso aunque reconocen que los penales esta al límite de su capacidad.En otro capítulo más de lo inexplicable de las dos gestiones provinciales que tuvo, el gobierno de Maurice Closs a través de su entonces ministro del Gobierno Jorge Franco (hoy diputado nacional de la renovación), levantaron en Cerro Azul una unidad carcelaria que podría albergar a unos 120 internos. Fue el mismo Franco que en el ocaso de su gestión, se quejó por la “puerta giratoria” de la justicia que se aplica con quienes cometen delitos en la provincia.  Como el parque acuático de Puerto Libertad, que costó 20 millones y al día siguiente de la inauguración para la foto se clausuró por inundaciones; la UP de encausados de Cerro Azul que costó más de 40 millones de pesos, tuvo su momento de fama mediática oficialista en diciembre pasado, para que Closs se diera el gusto de mostrar obras terminadas. Sin embargo, cuatro meses después, la cárcel no tiene un solo detenido. Pero se le asignaron más de 100 agentes penitenciarios que fueron noticia nacional en enero, cuando se denunció que entre ellos jugaban juegos de azar con apuestas y algún que otro trago para “matar el tiempo” sin tener que cuidar presos. El Servicio Penitenciario negó que haya una cárcel-casino.Hoy los 3.000 metros cuadrados cubiertos de la UPVIII construidos por  el Iprodha, con 6 pabellones, llevan varios meses vacíos, sin uso, salvo el que le dan a las oficinas los guardicárceles que se relevan en sus turnos.El 4 de diciembre, Closs y Franco se dieron el gusto de la foto. Muchos ciudadanos que esperan que delincuentes, asesinos, violadores, entre otros purguen sus penas a la sombra de los muros carcelarios como lo establece la ley, padecen todos los días un hecho de inseguridad distinto. Mientras Misiones se da “el gusto” de tener una unidad penal vacía. Otro capítulo más de las injusticias.