La empresa misionera Río Uruguay y el Rotary Club Posadas tomaron la posta para reparar el último colectivo escolar que aún circula en Misiones en el marco de un programa educativo para escuelas rurales (el Emer) que comenzó en 1981. A fines del año pasado, PRIMERA EDICIÓN contó la historia del último colectivo escolar que por ese entonces transitaba los caminos rurales de Misiones. Un colectivo adquirido en la década del 80 por el Gobierno provincial para que se pueda implementar el programa nacional de “Expansión y Mejoramiento de la Educación Rural” (Emer); que consistió en la creación de distritos educativos integrados por seis a ocho escuelas rurales. Y una de ellas se constituía como escuela núcleo donde, fuera del horario escolar, se ofrecen talleres de oficios para los alumnos de sexto y séptimo de las escuelas satélites. En Misiones, se crearon seis distritos pero después de treinta años sin contención del Estado para el programa Emer, a mediados de 2015 sólo quedaba un colectivo en funcionamiento: el del Distrito VI, el que viaja todos los días desde una de las escuelas que forman parte del distrito (379, 903, 556, 522, 695 y la 9) hacia la escuela núcleo 411. Pero a fines del año pasado, una de las maestras de la Escuela 411, Gisela Rupell, y el chofer desde hace veinte años del colectivo, Roberto Acosta, contaron a PRIMERA EDICIÓN que ese medio de transporte tenía los días contados. Es que después de treinta años de recorrer todos los días la distancia entre las escuelas, el motor del colectivo mostraba un gran desgaste, los neumáticos estaban lisos de tanto andar, algunos vidrios de la ventanilla estaban rotos y el tren delantero clamaba por su pronta reparación. En el taller desde el lunes La noticia llegó como un regalo del cielo para las escuelas del distrito VI, todas ubicadas en la zona rural de San Vicente. “Nos llamó la gente del Rotary Club Posadas para decirnos que el colectivo entraría al taller de la empresa Río Uruguay a partir de este lunes, sólo teníamos que traerlo a Posadas, cosa que hicimos y ya está en plena reparación”, contó feliz la maestra Rupell. Según confió la docente, no saben muy bien qué arreglos harán al medio de transporte escolar porque los representantes del Rotary Club Posadas le dijeron que “será una sorpresa”. Lo cierto es que la empresa Río Uruguay ingresó al colectivo en una suerte de “terapia intensiva” donde tienen previsto hacerle todas las reparaciones necesarias: desde las cuestiones mecánicas (motor y tren delantero) hasta la colocación de las ventanillas y vidrios faltantes; y el re-tapizado de todos los asientos, según precisó a PRIMERA EDICIÓN uno de los integrantes del Rotary Posadas, Delio Varela. “Pasta asciutta” el 7 de mayo Según confió Varela, “nos enteramos de la necesidad de mejorar el colectivo de estas escuelas rurales por una nota del Diario y, como siempre hacemos desde el Rotary, empezamos a gestionar para poder encontrar quién podía paliar esa necesidad. Acudimos a una empresa local (Río Uruguay) que, con un espíritu de solidaridad muy grande, nos dijo que se haría cargo de la reparación del colectivo. Darío Skrabiuk, su madre Lila Kruk y su esposa Fabiana Moretti (los propietarios) no dudaron un segundo en comprometerse con la comunidad de estas siete escuelas rurales para que los chicos puedan seguir asistiendo en contra-turno a los talleres de oficio que se dictan en la 411”.El problema -según precisó Varela- es que en el taller de Río Uruguay no podrán cambiar los neumáticos del viejo colectivo del Emer porque la flota de la empresa no usa el mismo rodado. Entonces, para poder juntar el dinero para comprar las cubiertas, el Rotary Posadas organizará una “pasta asciutta” para el sábado 7 de mayo, en la Sociedad Italiana, por la noche. “Es un fideo libre con distintos tipos de salsas para que la gente pueda servirse la que sea de su gusto. El valor de la tarjeta (300 pesos) incluye la bebida y ya estarán a la venta a partir de la próxima semana”, precisó. Valor del programaEl Emer no sólo permitió a los alumnos de escuelas rurales acceder a los talleres de formación de oficios (carpintería y electricidad para los varones; y administración del hogar para las nenas donde aprenden cocina, tejido, costura, bordado y reciclaje) sino también salir y conocerse, compartir viajes y actividades deportivas.“Para la mayoría de los chicos, venir a la Escuela 411 (ubicada sobre la ruta nacional 14, a la altura del kilómetro 1.274) es la salida más lejana que tuvieron de sus casas. La escuela rural que más cerca está de la ruta es a cinco kilómetros”, detalló la docente Gisela Ruppel quien ayuda a organizar las ferias americanas para juntar fondos para mantener el colectivo.
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