La Cámara de Diputados de Brasil inició este viernes los debates sobre la apertura de un juicio de destitución de la presidenta de izquierda Dilma Rousseff, acusada de "crímenes de responsabilidad" por presunto maquillaje de las cuentas públicas.La sesión empezó con la lectura del acta por el secretario de la Cámara, tras lo cual su presidente, Eduardo Cunha, anunció que estaría centrada en las acusaciones contenidas en un informe presentado la semana pasada. Las discusiones durarán hasta el domingo, cuando se someta a votación la moción de abrir un juicio de "impeachment" contra la jefa de estado.Tras tres días de debates, la Cámara de Diputados se pronunciará este domingo sobre una recomendación de "impeachment" contra Rousseff, acusada de haber maquillado las cuentas públicas en 2014, el año de su reelección, y a inicios de 2015.La apertura de un juicio político requiere el apoyo de dos tercios de la cámara -342 diputados de un total de 513- y la ratificación por el Senado.En ese caso, Rousseff, de 68 años, sería separada del cargo y reemplazada por su vicepresidente centrista Michel Temer, de 75. Y Temer completaría el mandato, hasta fines de 2018, si los senadores declaran a Rousseff, en un plazo de seis meses, formalmente culpable.La Corte también hablóLa presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, sufrió este viernes una dura derrota en el Supremo Tribunal Federal (STF, corte suprema), que por mayoría votó en contra del pedido del gobierno de anular el informe sobre su juicio político hecho por el diputado opositor Jovair Arantes.La Corte rechazó el recurso de última hora presentado el jueves por el abogado general del gobierno, José Eduardo Cardozo, quien afirmó que en el dictamen de la comisión de impeachment (juicio político) aprobado el lunes se imputaban a la mandataria delitos que no tenían que ver con la denuncia original.Por ese motivo, Cardozo pidió más tiempo para que la mandataria pudiera defenderse, pero los jueces, en la sesión extraordinaria que se inició a las 17.30 de este jueves y finalizó este viernes a la madrugada, explicaron que lo tendrá en el Senado, que es la cámara naturalmente juzgadora, si el plenario de la Cámara de Diputados aprueba el domingo la continuidad del trámite del juicio político.Para que ello ocurra será necesario el voto de al menos dos tercios de los diputados. Según el diario O Globo, la cámara baja ya reunió los 342 votos necesarios; en cambio, según Folha de Sao Paulo, están decididos solo 338 a favor del impeachment y 123 en contra, en tanto faltan resolverse 52 casos.Dilma sabe dar batallasAquella joven guerrillera que miraba desafiante a los militares que le enjuiciaron durante la dictadura brasileña, lucha 45 años después por salvar su mandato al borde del impeachment.Dilma, como se la conoce popularmente, se convirtió en la primera mujer presidenta de Brasil en 2011, cuatro décadas después de aquellos días oscuros de 1970 en los que fue apresada y torturada.Cinco años, incluida una reñida reelección, han pasado desde aquel día en que recibió la banda presidencial de su mentor Luiz Inacio Lula da Silva. Pero su histórico ascenso corre el riesgo de ser cortado en seco, por denuncias de haber manipulado las cuentas públicas.Cunha, "uno de los jefes" de la conspiraciónAcusado de corrupción, el hábil presidente de la Cámara de Diputados de Brasil, Eduardo Cunha, sigue en el centro del poder mientras la presidenta Dilma Rousseff se tambalea por el impeachment que él impulsó.En diciembre pasado, Cunha acogió el pedido de destitución de Rousseff. El gobierno vio en esa decisión un acto de "venganza" contra la mandataria, por no haber impedido que su Partido de los Trabajadores (PT) apoyara el proceso que la Comisión de Ética de la Cámara le había abierto por ocultar cuentas bancarias en Suiza.Si el impeachment aparta de su cargo a Rousseff, ésta sería sustituida por su vicepresidente Michel Temer. Y el siguiente en la línea de sucesión es el propio Cunha, un político controvertido que ya fue aliado del gobierno y hoy es su peor pesadilla.El año pasado la fiscalía lo denunció por corrupción y lavado de dinero vinculado a la red de sobornos de Petrobras. La corte suprema acogió la acusación en marzo.De ese modo, Cunha se convirtió en el único político brasileño con fueros en ser juzgado por el máximo tribunal.Pero aun cuando su vínculo con los casos de corrupción mermaron parte de su fuerza y le significaron amplia reprobación pública, este economista evangélico de 57 años sigue en su puesto, moviendo los hilos de la Cámara que este domingo se apresta a votar en sesión plenaria si aprueba o rechaza el juicio de destitución de Rousseff. "Me siento como el ábitro de la final de la Copa del Mundo", comentó Cunha estos días a sus aliados, según reportó el diario O Globo.La presidenta, que denuncia un golpe de Estado, lo consideró como "uno de los jefes" de la conspiración junto a Temer. Ambos pertenecen al partido centrista PMDB, que cuenta con la mayor bancada en las dos cámaras.Fuente: Agencias de Noticias Télam y NA
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