Se cumplió con mucho colorido y alegría. Este año volvió a reunir a cientos de ciclistas de todas las edades. Se trata de una actividad solidaria que ya hace varios años superó la barrera de la institución educativa para ser parte de la comunidad posadeña. A través de ella se reúnen alimentos no perecederos, abrigos y calzados que luego son distribuidos en distintos hogares de la provincia.La inestabilidad del tiempo durante los días previos -y también el sábado- mantuvo en vilo a los participantes, pero finalmente, bajo un cielo gris, cargado de nubes, el cronograma previsto pudo cumplirse, en un marco de algarabía, con mucho entusiasmo y destacándose la presencia de muchas familias.Desde la media mañana comenzaron los reiterados llamados a la sede del Roque González para confirmar la realización de la actividad. A medida que se aproximaba el mediodía el movimiento en las inmediaciones de Colón y La Rioja se fue intensificando. Primero llegaron los docentes, directivos e integrantes de la Familia Verbita que formaron parte de la organización, quienes repasaron todos los detalles, principalmente en materia de seguridad, donde fue fundamental el aporte de los estudiantes del Montoya, la Municipalidad de Posadas, la Policía de la Provincia, Salud Pública y Vicegobernación, entre otras instituciones. Luego empezaron a “aparecer” tímidamente los primeros ciclistas, que a medida que se aproximaba el horario fijado para la concentración (13.30) ya parecían hormigas, circulando de un lado al otro sobre la calle Colón, en el tramo que a esa altura ya estaba cerrado al paso de los vehículos.Fotos: J.C. Marchak
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