La jueza de Instrucción 5 de Leandro N. Alem, Selva Raquel Zuetta se inhibió de la causa por el crimen del distribuidor de carne Nicolás D’Amico, y giró todas las actuaciones hasta ahora depositadas en un expediente de más de 600 fojas, a su par de Oberá, de Instrucción 2, Horacio Heriberto Alarcón.Tal como adelantó la posibilidad PRIMERA EDICIÓN (en su edición del viernes 15 de abril), el apartamiento de la causa se basa fundamentalmente en que las pruebas apuntan a que D’Amico fue asesinado dentro de un abasto de la avenida Las Américas de Oberá, y luego calcinado dentro de su automóvil en el paraje El Chatón, en jurisdicción de Leandro N. Alem,De los ocho detenidos por el crimen, dos de estos testimonios resultaron clave para le determinación de Zuetta. Fueron dos empleados del abasto que detallaron haber visto sin vida a Nicolás D’Amico dentro de la oficina del predio y una barreta o trozo metálico como el arma homicida.Estos relatos fueron coincidentes en señalar al presunto propietario de la carnicería como uno de los autores.Uno de estos arrepentidos, hasta explicó cómo y cuántas personas participaron del traslado del cadáver hacia el paraje El Chatón. Y de qué manera fue quemado D’Amico dentro del baúl de su Volkswagen Bora azul.También fue preciso en que uno de los detenidos se quemó parte del brazo cuando roció con combustible el automóvil y encendió la llama.Este testimonio fue uno de los últimos tomados esta semana por la jueza de Alem, y junto con el del empleado encargado de confeccionar los embutidos en el abasto, cerrarían el círculo de los autores y partícipes.De esta manera se establecería que los hermanos, uno de ellos supuesto titular de la carnicería de Oberá, fue quien tomó la macabra decisión de asesinar a D’Amico por la abultada deuda que mantenían con la empresa para la que trabajaba.Se desprendería también, de lo recogido hasta el momento en la instrucción, que durante el viernes 30 de octubre Nicolás D’Amico, alias “Junior”, tras insistir por cobrar las partidas de carne aduedadas -se estima entre 500 mil y 800 mil pesos- fue citado al abasto para recibir el dinero. Pero lo que habría encontrado en ese lugar fue la muerte a barretazos.Tal como lo destacó el empleado encargado de los confeccionar embutidos, D’Amico mientras esperaba porque el dueño del abasto se presentara a saldar la deuda, fue sorprendido primero por un maletín que creyó tenía el dinero, pero lejos de tener billetes estaba, ya que fue la maniobra de distracción para sufrir la tunda de barretazos, que generó un reguero de sangre en la oficina y acabó con su vida.Una vez ultimado, lo subieron a su Volkswagen Bora, dentro del baúl, y lo trasladaron hasta el paraje El Chatón, donde lo calcinaron.Cómo vehículo de apoyo utilizaron un Renault 9, propiedad de uno de los detenidos y ahora arrepentidos, en el que fueron hallados presuntos rastros de sangre con las pericias realizadas con el reactivo Luminol.Análisis similares también se concretaron en el presunto escenario del crimen, luego de los allanamientos y ocho detenciones del jueves 7 y viernes 8 de abril.En este abasto de Oberá, peritos de la Secretaría de Apoyo par las Investigaciones Comlejas (Saic) habrían detectado más vestigios de sangre humana y la barreta con la que asesinaron a D’Amico.
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