Oscar “Freddy” Cuba actualmente es entrenador y vive en Pico Truncado, al norte de Santa Cruz, a casi 3 mil kilómetros de Misiones. José “Koki” Allou, en cambio, decidió quedarse en Posadas, donde sigue ligado al deporte. Pese a la distancia, los dos tienen algo en común: fueron los dos últimos misioneros en vestir la camiseta de la Selección argentina en un compromiso internacional de fútbol de salón.Fue en el Mundial Paraguay 2003 y, desde entonces, pasaron 13 años. Pero ahora, las esperanzas se renuevan: Rodrigo “Piru” Gómez, actualmente en Itapúa Tenis Club, fue convocado al nuevo proyecto de la selección nacional de cara a la cita ecuménica que se disputará en Misiones durante 2019. La buena noticia para el salonismo local se conoció el último miércoles por la noche y no tardó en ganar espacio en los medios especializados. Es que Gómez tiene enormes chances de romper con más de una década de ausencias de la tierra colorada en el equipo nacional. “Ya habíamos hablado hace algunos días con Ariel Avveduto, entrenador de la selección argentina, pero gracias a Dios ahora pude confirmar la convocatoria que estaba esperando. Hablar de esto me pone la piel de gallina. Estoy muy contento, es una alegría enorme, sólo me queda aprovechar el momento y ganarme mi lugar en la lista definitiva”, le dijo ayer “Piru” a DE PRIMERA en una entrevista exclusiva.De la D a la selecciónEsfuerzo, sacrificio y superación. Esas son palabras claves en la historia de Gómez, que incursionó en el fútbol de salón hace apenas cinco años y desde entonces se transformó en un fanático, si es que el término alcanza para definir tanta pasión.Como tantos otros, “Piru” proviene del fútbol de campo. En 2011, después de un viaje a Buenos Aires para probarse en Boca, abandonó la cancha grande y encontró en el futsal un estilo de juego. Y de vida. “Cuando llegué justo me llamó Carlos Pereyra, de Mariscal Futsal, para empezar a jugar en la preliguilla, que clasifica a los equipos que entran a jugar en la D”, recuerda Rodrigo sobre sus comienzos.Y así fue. Hace apenas cinco años, Gómez jugaba en la cuarta categoría del futsal posadeño. “Como yo no conocía mucho, el primer año casi no fui. Pero después empecé a entrenar, a descubrir muchas cosas. Jugamos un Torneo de Verano en el Brown y llegamos lejos. Y después ascendimos a la C. Ahí me di cuenta realmente de lo que era el futsal”, asegura “Piru”, que rápidamente entendió que se trataba de un deporte totalmente diferente al fútbol de campo.Gómez enseguida sobresalió por su habilidad técnica. Y no tardó en llegar a Primera. El debut fue con Telecentro Tacuarí, con el que ganó varios torneos locales. Y el despegue fue luego con Itapúa Tenis Club, plantel con el que vivió la época dorada, que tuvo su punto más alto con la consagración como campeón nacional en 2012, en Ushuaia, y la participación en el Sudamericano del año siguiente en Mendoza.“El futsal me cambió la vida. Lo primero que hago cuando me levanto a la mañana es pensar en futsal. A la noche, antes de acostarme, pienso en futsal”, confiesa Gómez, que entrena junto a Itapúa toda la semana pero que a la vez le suma gimnasio y doble turno por voluntad propia. Eso explica en buena parte el por qué de la convocatoria a la Selección Argentina.El salonista posadeño debe presentarse el viernes 29 de mayo en el estadio Vicente Polimeni de Las Heras, al norte del Gran Mendoza, donde compartirá una semana de concentración junto a otros 27 jugadores de todo el país, entre los que estarán Marcelo Mescolatti, Cristian Banegas y otros tantos que participaron del Mundial del año pasado en Bielorrusia, donde Argentina fue cuarta.“Banegas y Mescolatti son dos de mis ídolos. Pese a todo lo que jugaron, mantienen su humildad. Tuve la suerte de compartir vestuario con ellos en el Sudamericano, cuando jugaron para Itapúa. Ellos me enseñaron mucho de lo que hoy me permite estar acá”, agradece Gómez.“Piru” no se equivoca. Banegas jugó varios años en Colombia y Mescolatti firmó esta semana su pase a la liga “cafetera”, allí donde el futsal es profesional, los jugadores cobran en dólares y casi no pueden salir a la calle del afecto que le demuestran los hinchas. Gómez sueña algún día con dar ese salto, pero va paso a paso: “ese sueño está, pero tengo que enfocarme en la selección. Este llamado le abre las puertas a muchos chicos, porque esto tiene que servir para que nuestro futsal crezca. El fútbol de salón es lo más lindo que tengo y hoy me permite representar a un montón de chicos. Ojalá pueda llegar lejos”.
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