“Los números de la pobreza a nivel nacional, en Santa Fe la emergencia hídrica, son cosas que preocupan”, destacó el prelado y recalcó que en “momentos difíciles”, como el actual, es necesario que haya una “gran capacidad creativa y solidaridad de aquellos que más tienen sobre los que menos tienen”. “Las personas que más sufren necesitan honestidad, transparencia y coherencia, pero también solidaridad y equidad. Espero que esto sea transitorio, que se sepa que hay un bien común”, manifestó en declaraciones a la radio LT10 de Santa Fe, el vocero eclesiástico.Las palabras del religioso resumen la problemática de una transición política en la que la tolerancia que se pide por lo común a un nuevo gobierno se complica ante algunas medidas que parecen contradictorias con los objetivos anunciados por el mismo Ejecutivo, sobre todo en lo que hace a la situación de los sectores más desfavorecidos.Ciertamente que muchos de los problemas actuales son deudores, al menos en parte, de las políticas de la década pasada, sin embargo ello no justifica per se algunas señales discordantes, como la pérdida de empleos y el incremento de la pobreza ya mencionado, hechos escasamente asimilables al ideal de “pobreza cero”. Al contrario de las posturas ideológicas y/o políticas, que se afirman en una visión del futuro y del pasado; el tiempo propio del gobernante, el de la gestión, es el presente inmediato, sobre todo el de quienes sufren carencias dramáticas que demandan una respuesta concreta y en tiempo real. La preocupación del Episcopado expone el desafío que enfrenta el Gobierno, y el país todo:?resolver con equidad y solidaridad el drama presente, “que -como dice la Biblia- el día de mañana traerá su propio afán”.
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