Mañana la Patria se viste de fiesta para celebrar un nuevo aniversario de aquella Revolución del 25 de mayo de 1810 que declaró la libertad del dominio del gobierno extranjero sobre nuestra patria. Es una nueva oportunidad para reflexionar sobre el don de la libertad la que fue cuidadosamente sostenida por nuestros próceres y hoy nos toca a nosotros mantener vivo este espíritu patriótico para seguir cultivando esa libertad que tantos soñaron.Cada vez que pensamos en la Patria siempre tendemos a mirar hacia afuera como que la nación fuera el asunto de unos pocos que nos gobiernan y que tienen la responsabilidad de brindar soluciones a todos los problemas. Sin embargo, nos damos cuenta que la verdadera construcción de la Patria es una tarea colectiva de todos los ciudadanos que implica esfuerzo sincero, vigilancia atenta sobre las decisiones de los que nos gobiernan y el compromiso serio con las causas del bien común. Después de más de 200 años de libertad no hay duda de que somos bendecidos al tener el legado de una gran nación con tantas potencialidades. Sin embargo, la gran crisis en la que estamos inmersos nos demuestra que aún queda mucho por hacer. Sufrimos una gran crisis social y económica, situaciones de corrupción, desocupación, inseguridad, el avance de los vicios como la drogadicción en nuestros jóvenes, la desintegración de nuestras instituciones como la familia, la incertidumbre en cuanto al futuro de nuestra juventud. Son realidades que nos desafían y esperan una respuesta para que nuestra Patria vaya avanzando y consolidándose.Apremiados por tantos desafíos cotidianos que sacuden nuestra Patria, es necesario no quedar estancados en la queja y en el desaliento sino comprometernos a seguir construyendo la Patria grande, pero entre todos, desde la corresponsabilidad y la participación. Porque cada uno de nosotros somos parte de este terruño que lo construimos con el aporte de todos, desde el esfuerzo sincero, trabajo honrado y entrega generosa.Por encima de todo, quisiera que tengamos en alto los principios y valores de la democracia que siempre nos permiten vivir desde la libertad y el amor. Cada vez que miramos las grandes olas de migraciones a causa de las guerras, la violencia, el hambre y la falta de paz nos damos cuenta del valor que tiene nuestro territorio y el compromiso que hemos de sostener para seguir fortaleciendo la paz social y defendiendo la verdadera libertad.Una nueva fiesta de la Patria nos llama a enaltecer los principios democráticos: la igualdad, que garantiza los mismos derechos y obligaciones para todos los ciudadanos, sin favorecer la existencia de grupos privilegiados con derechos especiales. La civilidad, que se traduce en la sana convivencia en un país democrático, que requiere cualidades de disciplina, tolerancia, autocontrol, cooperación, respeto y solidaridad. Y la justicia, que es una virtud y valor que sostiene todo sistema democrático. Es lo que brinda la garantía y el sano equilibrio a la convivencia democrática, aunque muchas veces es un privilegio al que pocos pueden acceder.Por encima de todo, necesitamos un patriotismo que supere un simple sentimentalismo. Es mucho más que ponerse la camiseta para mirar el partido desde la tribuna. Implica comprometernos y transpirar la camiseta con esfuerzo personal, dedicación, disciplina y entrenamiento. Necesitamos una gran solidaridad para poder pensar como Patria, por encima de los intereses personales y egoístas y un gran respeto al otro que nos lleve a un compromiso social desde el diálogo, búsqueda de paz y armonía por encima de los intereses de cada uno. Que sigamos construyendo entre todos una Argentina cada vez más libre y democrática.
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