Asunción Espíndola se casó a los 17 años con todas las esperanzas de ser feliz. Al poco tiempo, ese sueño se convirtió en pesadilla: su marido comenzó a golpearla.“Primero cachetadas, después fueron golpes cada vez más fuertes. Sufrí lo indecible”. Un día, cansada, se escapó. Su esposo volvió a buscarla, con promesas de cambio. Nunca cambió. Con cuatro hijos se decidió definitivamente y un día se fue para no volver. Después de su experiencia, el mensaje que tiene es “que no tengan miedo. Si hay violencia de parte de sus parejas, no tengan miedo”. El de Asunción es uno de los testimonios que se escucharon en la plaza 9 de Julio el viernes por la tarde, en una nueva edición de la movilización denominada #NiUnaMenos que reunió a cientos de mujeres en las calles bajo la consigna de “Vivas nos queremos”. La marcha se realizó en varias ciudades del país, en Misiones tuvo sus epicentros en Posadas y Oberá, donde las mujeres misioneras volvieron a hacerse sentir bajo el mismo reclamo de hace un año atrás, el 3 de junio de 2015, cuando millones de argentinas salieron a las calles.Se recordó de manera viva a mujeres víctimas de femicidios, como Horacelia Marasca, cuya madre habló y pidió Justicia “por mi joven hija, con toda una vida por delante”. El recuerdo de Itatí Piñeyro y Lucia Maidana, entre otras, también estuvo presente. Hoy, las tres y cientos de víctimas más, son bandera.Un año después, ¿qué cambió?Después de un año “se ha conseguido poco”, reconoció Muriel Arensburg, integrante del Colectivo de Acción contra la violencia de género, en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. “De junio del año pasado al 30 de mayo de este año, han habido 277 femicidios. O sea que muere una mujer cada 30 horas por causas de género. Sentimos que hemos avanzado muy poco”, consideró. Misiones tiene desde hace nueve años la Ley de Violencia Familiar, pero “de esa Ley prácticamente no se ha cumplido nada”, señaló Arensburg. “La misma establece que se debe crear un refugio por municipio, pero en Misiones no sucede tal cosa. Debe haber instancias de tratamientos para las víctimas, patrocinio jurídico gratuito, pensiones para las víctimas y un registro provincial de violencia familiar, pero no se cumplió nada en nueve años”, agregó.Entonces, frente al revés de la Justicia y los organismos encargados de hacer cumplir lo establecido por las leyes, “este tipo de marchas permiten visibilizar e intentar poner en la agenda política la temática, denunciar y reclamar. Además instala la cuestión en la población, lo que también es importante”, indicó.Este es uno de los avances remarcados por la Subsecretaria de la Mujer y la Familia, Benilda Dammer, a un año de la masiva marcha de 2015. “Las mujeres conocen mucho más sus derechos. Porque muchas veces por desconocimiento las víctimas no pueden salir de la situación en la que se encuentran”, señaló en diálogo con PRIMERA EDICIÓN. A la Subsecretaría, de quien depende la Línea 102, llegan denuncias de mujeres que sufren de violencia. “Maltrato físico, psicológico, mujeres que tienen mucho miedo de hablar. Nosotros las acompañamos con asesoramiento y a hacer la denuncia. En la mayoría de los casos dependen económicamente de sus maridos lo que es muy complicado. Es una tarea ardua, pero no es difícil. Todas las mujeres que se pongan como objetivo salir de cualquier tipo de violencia lo van a lograr. Tiene que ponérselo como meta y denunciar”, señaló.DenunciasLa Línea 137 es otra de las opciones que tienen las mujeres para denunciar hechos de violencia. En lo que va del año, han recibido “17.550 llamadas. Este registro involucra a Posadas, Garupá, Oberá y Eldorado”, señaló la secretaria de Relaciones con la Comunidad, la trabajadora social Rosana Franco, a cargo de la Línea 137. De todas esas llamadas, en “7.580 ocasiones debimos hacer salidas de emergencia”. La Línea participó de la movilización ayer por la tarde con un stand, en donde recibieron consultas. De hecho, en la marcha de 2015, muchas mujeres se acercaron a denunciar que eran víctimas de violencia de género esa misma tarde. Oberá también se movilizóAlrededor de 200 personas de diferentes organizaciones sociales llegaron al Centro Cívico en la ciudad de Oberá para manifestarse con la misma consigna que en el resto del país. La convocatoria fue a partir de las 18 y hubo representaciones artísticas de los alumnos de la Facultad de Arte y, en la ocasión, se leyeron los nombres de las víctimas de violencia de género que recibieron un sonoro “presente” como respuesta. Frente a los fríos números que no bajan y las noticias diarias sobre casos de mujeres asesinadas, la mejor manera de visibilizar la situación es, sin dudas, la calle.
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