“Con más tiempo y más capacidad de análisis y habiendo tenido en cuenta todas las realidades del país podíamos haberlo hecho una manera más racional y lógica”, se excusó.La capacidad de admitir errores es un valor poco común en la función pública, y puede servir para mejorar las cosas, como se intenta hacer en este caso; pero no deja de ser preocupante que, desde el máximo nivel de gestión y en un sector estratégico, se tomen medidas sobre la marcha sin un análisis cierto del contexto en que se inscriben. A cinco meses de instalado el gobierno, y cuando se profundiza la caída de la actividad en diversos sectores; el propio acuerdo que se cerró ayer, luego de que los reclamos tomaran la vía de la Justicia y de prolongadas negociaciones con las provincias, suena a improvisación sobre la marcha. El tope de entre 400 % para usuarios residenciales y de 500% a pymes, comercios y hoteles, en las subas de tarifas de gas es un alivio para quienes cuentan con servicio de gas natural y principalmente para el Sur del país; pero fuera de ello la situación en torno al costo de la tarifa eléctrica continúa siendo crítica, sobre todo para las pymes y las economías regionales.La Came ya advirtió que en las pequeñas y medianas empresas el impacto de la crisis es tan alto, “que aun implementando un tope de 500% en las subas, muchas empresas quedarían fuera de mercado y competencia y se verían obligadas a replantear su negocio”. Poco y nada reciben, en tanto, las provincias marginadas de la red de gas natural y, por ende, castigadas en sus costos productivos. A estas, entre ellas Misiones, únicamente se les contempla un aumento del umbral de consumo gratuito. Si contamos los altos costos de producción, las altas temperaturas ya las asimetrías comerciales, es obvio que otra vez no se tuvo en cuenta a la región.
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