María Elena Magri, coordinadora en Misiones de la campaña Estrellas Amarillas y mamá del dolor, exhibe una fortaleza que moviliza y atraviesa todos los sentidos. En 2011 perdió a su hijo mayor, Lautaro Magri (17), cuando regresaba a casa a bordo de un auto conducido por un amigo, donde el alcohol y el exceso de velocidad -de quien conducía- fueron determinantes para el siniestro que cambiaría para siempre la existencia de esta luchadora. Más allá de que semejante desastre transforma la vida de cualquiera, “mi intención con Estrellas Amarillas es aportar un granito de arena, tomar un compromiso solidario para que deje de ocurrir, que la gente tome conciencia de que la violencia vial se puede prevenir”, afirmó en una emotiva charla con SextoSentido. Si hoy mira hacia atrás, María Elena afirma que algunas cosas están cambiando.“En éstos días, en los cuales la Municipalidad de Posadas (Misiones) aprobó la norma de Tolerancia Cero de alcohol al volante, se está hablando mucho del tema. Eso es algo positivo. Me hizo acordar mucho de lo que habían dicho tras la muerte de Lautaro hace cinco años, que tuve mala suerte, que no iba a pasar nada (con el culpable). Mi respuesta fue: ¿cómo que no va a pasar nada?”. Quizás eso fue lo me llevó a buscar Justicia y respuestas; ahora es un rol que ocupo porque quiero que sí “pase” algo, que cambien las leyes y que la Justicia actúe, porque sí se pueden evitar, pero no se hace nada, entonces debemos hablar de violencia vial, no de accidentes. Esa es la mirada que debemos empezar a cambiar”,opinó. “Cuando la policía me vino a tocar el timbre jamás pensé que mi hijo murió”, recordó. “Creí se había mandado una macana, pero venían a avisarme que había perdido la vida. No sé de dónde saqué y saco fuerzas”, prosiguió. “En esos meses me quedé en un verdadero estado de shock, no entendía nada. No salía del asombro por lo naturalizadas que están entre la sociedad estos casos de muertes en el tránsito, que no son accidentes. En estos cinco años me fui encontrando con tanta gente que me hablaba que era el destino… eso es algo que no voy a aceptar nunca. ¡Qué destino ni nada!, había un chico que conducía alcoholizado con exceso de velocidad que llevaba cuatro vidas consigo y se apagaron dos. Me puse como objetivo que la gente tome conciencia de que se puede prevenir y si se puede prevenir no podemos hablar de “accidente”.“Están cambiando algunas cosas, se habla, se debate y eso es bueno porque la gente va a hacer un clik y a darse cuenta que si cada uno de nosotros hace realmente su parte, no habría que lamentar ni un muerto más”. Como parte de la campaña de Estrellas Amarillas, María Elena también colabora como voluntaria brindando charlas de media hora en los talleres teóricos que se dictan en la Escuela de Tránsito de la Capital misionera, dirigido a quienes van a sacar el carnet por primera vez y ahí se juntan los de las 40 horas.Recientemente María Elena Magri recibió una distinción del Concejo Deliberante de Posadas como “personalidad destacada de la ciudad” por su labor en el bien de la comunidad. Por Myrian [email protected]
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