Una mujer de 31 años y su novio de 24 fueron detenidos ayer por orden del juez Osvaldo Rubén Lunge, como principales sospechosos del asesinato de María Ester Yess (63), que se registró el domingo por la noche en esta localidad.Las aprehensiones fueron solicitadas por el magistrado del fuero civil subrogante del Juzgado de Instrucción de Puerto Rico, cuando los primeros resultados de los investigadores y peritos en criminalística descartaron que el disparo a la altura del temporal derecho de Yess, se haya efectuado desde afuera del kiosco que atendía la víctima.Sin descanso, desde que se le comunicó lo sucedido, Lunge monitoreó todos los movimientos de los pesquisas y uniformados de la Unidad Regional IV, y de la Dirección de Homicidios de la Policía provincial.Los indicios que habrían determinado la detención fueron el resultado positivo del test de parafina en la mano derecha de la hija de la víctima, las contradicciones en su coartada al indicar que el disparo se realizó desde la calle hacia dentro del kiosco, pero que no coinciden con la posición y lugar en que fue hallado el cuerpo, además del hallazgo de un plomo calibre 22 que dejó una huella en una heladera y que no corresponde a la trayectoria que indicó, por el contrario, remite a un disparo que sólo pudo haberse efectuado dentro de la vivienda de calle Río Grande 145.Siguiendo el relato de la hija de María Yess, fue demorado un hombre que no guarda relación sentimental con la detenida, pero que habría sido liberado seis días antes por un delito contra la integridad sexual. Efectivos policiales no lo hallaron en la vivienda de sus padres en Puerto Rico durante la madrugada de ayer. Pero éste se presentó pocas horas después y se puso a disposición del juez Lunge, quien ordenó su demora mientras se aclara su responsabilidad en el homicidio.CaraguatayEl novio de la mujer implicada en el homicidio, fue detenido pasadas las 18 en un inmueble de Caraguatay, donde se realizó un amplio operativo que virtualmente cercó al joven de 24 años sin permitirle espacio ni tiempo para que se resistiera e intentara escapar. Fue trasladado a la comisaría local a disposición del juez Lunge.Fuentes consultadas por PRIMERA EDICIÓN remarcaron que la hipótesis de que Yess fue atacada desde la ventana del kiosco que atendía en el frente de su hogar, estaría al borde de ser descartada.Todo apunta a que el crimen fue cometido dentro del domicilio y los balazos efectuados desde arriba hacia abajo en un punto de la vivienda en que desde la ventana del comercio resultaba imposible para que cualquier persona pudiera gatillar y dar en el blanco.Siguiendo los resultados preliminares de la autopsia y las pericias de los investigadores, el disparo habría sido realizado a corta distancia con orificio de entrada en el temporal derecho del cráneo y salida en el lado izquierdo de la cabeza de la víctima.Testigos también señalaron haber escuchado dos estampidos de bala diferentes, uno que no alcanzó a tocar a Yess y pegó en la heladera del kiosco provocando un sonido particular, “como a metálico”, según confiaron a este medio las mismas fuentes; mientras que el segundo fue el letal, a corta distancia y casi a modo de ejecución en dirección descendente.Los pesquisas recogieron testimonios que coincidían en que la pareja de la mujer detenida estuvo momentos antes en la casa de calle Río Grande, e incluso circulando en una motocicleta, vehículo que está siendo buscado.Discusión y peleaLas pistas que surgieron entre la noche del domingo y la tarde de ayer, también se acercan a una presunta disputa familiar protagonizada por la víctima fatal y su hija. Peleas y desavenencias de larga data habrían provocado un alejamiento que durante los últimos días pareció haberse solucionado y que esta mujer regresase al hogar.La coartada de la detenida se habría desvanecido de inmediato, una vez que los peritos “de laboratorio” (pertenecientes a la UR IV) señalaron que desde la ventana del kiosco de Yess resultaba imposible, “salvo que la bala doblara en el aire”, y menos aún que impacte en el temporal derecho por la posición en que quedó tendido el cuerpo y el rastro que dejó el impacto restante.La hija de Yess habría mencionado que antes de hallar a su madre sin vida, escuchó sonar el timbre del negocio y que su madre se había dirigido a atender al supuesto cliente. Segundos después habrían sonado los disparos.Además de la motocicleta del presunto partícipe del crimen, la investigación trata de establecer el posible destino de un revólver calibre 22 que María Yess escondía en su domicilio y que ayer no fue hallado pese a la intensiva labor dentro el inmueble. El tipo de arma y calibre sería el utilizado.“Vivían bajo amenazas, con miedo”“Vivían atemorizados y bajo amenazas. Con miedo de que ocurra algo similar a lo que lamentablemente terminó ocurriendo. Les decían ‘ustedes van a pagar y les vamos a pegar donde más le va a doler’”, aseguró un familiar de la comerciante asesinada de un disparo en la cabeza el domingo por la noche en Puerto Rico. De acuerdo al hombre, estas amenazas eran efectuadas por un sujeto que había sido detenido por un hecho de abuso sexual. Incluso, precisó que el sospechoso habría recuperado la libertad una semana atrás. “El abusador fue detenido y encerrado pero ya lo liberaron. Desde su detención comenzaron las amenazas y creemos que podría ser ese hombre el que la mató, porque siempre sufría amenazas, aunque de manera anónima, pero creemos que era ese hombre”. De acuerdo al entrevistado, las intimidaciones fueron de tal gravedad que la familia decidió mudarse a Posadas donde permaneció un tiempo prolongado. Hasta que finalmente regresó a Puerto Rico.“Volvieron por miedo a que les usurpen la casa en Puerto Rico, ellos volvieron y comenzaron de nuevo, pero constantemente recibían llamadas con mensajes de que le pasaría algo a la familia”.La comerciante, quien residía junto a su esposo, hija, yerno y tres nietas, se encontraba trabajando en el momento del hecho “ella tiene un pequeño kiosco que cuando tocan el timbre atiende por una ventana. Y la familia estaba en la casa, en la parte de atrás pero cerca, escucharon el disparo y salieron a ayudarla pero no pudieron hacer nada. Tampoco vieron nada y los autores no robaron nada”.
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