La cinematográfica detención del misionero de 38 años arrestado el último jueves por la mañana en Curuzú Cuatiá, acusado de ser un “capo narco”, sumó en la noche de ese mismo día un nuevo capítulo, esta vez en la vivienda que el sospechoso alquilaba en Posadas, donde las autoridades secuestraron más de un kilogramo de cocaína.El procedimiento que llevaron adelante efectivos de la Delegación?Posadas de la Policía Federal Argentina en plena avenida Francisco de Haro de la capital provincial fue el corolario de una prolongada investigación que había permitido el arresto del acusado horas antes de manera insólita, al caer gracias al “rebote” de la señal de su teléfono celular mientras utilizaba la aplicación de mensajería instantánea “WhatsApp”.Fuentes de la investigación le confirmaron a PRIMERA EDICIÓN que el allanamiento comenzó alrededor de las 23 del jueves y culminó ya entrada la madrugada de ayer, viernes, en una vivienda emplazada a la altura del 3.900 de la mencionada avenida, donde el sospechoso alquilaba una habitación.Fue en ese lugar donde se encontraron poco más de 1.200 gramos de cocaína, divididos en trozos de importantes dimensiones y “tizas” listas para ser comercializadas. En la escena también se secuestraron otros elementos de interés para la causa que serán remitidos al Juzgado Federal 1 de Corrientes, a cargo del magistrado Carlos Soto Dávila.Mientras tanto, el presunto “capo narco” posadeño continuaba detenido ayer en una dependencia correntina, a la espera de que se completen los trámites para que sea trasladado a Corrientes, primero, y luego a Córdoba, donde se inició originalmente la investigación.Como este Diario publicó ayer, el misionero tenía un pedido de captura internacional y su nombre permanece aún en el registro de Interpol bajo los delitos de “transporte de estupefacientes con fines de comercialización, agravado por haber intervenido tres o más personas”.La investigación se inició en marzo de 2015, cuando un camión de matrícula paraguaya con casi una tonelada de marihuana escondida en un cargamento de maíz fue secuestrado cerca de Virasoro por parte de los uniformados federales.Desde entonces, se obtuvieron datos que indicaban que el líder de esa banda era un posadeño que, caída esa línea, usufructaba otra con destino a Córdoba. Comenzaron entonces las escuchas telefónicas y vigilancias encubiertas.Las pistas se acumularon hasta que el miércoles por la noche la Justicia dio el “ok” y comenzó una persecución digital del misionero, gracias al “rebote” de la señal de su teléfono celular en las antenas de Corrientes gracias a la utilización del “WhatsApp”.Así fue como ya en la mañana del jueves finalmente lo detuvieron en Curuzú Cuatiá, a 460 kilómetros de Posadas. Iba a bordo de una camioneta Fiat Strada que llevaba 560 kilogramos de marihuana. Después de una larga espera, el sospechoso finalmente fue detenido y ahora deberá rendir cuentas ante las autoridades que tanto lo buscaban.
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